Juan Marín, un político sin carisma que aspira a ser de nuevo decisivo

G. B. madrid / LA VOZ

ESPAÑA

Marín repite como candidato
Marín repite como candidato EUROPA PRESS

La biografía académica de este político atípico y poliédrico solo indica que ha realizado «estudios de Relaciones Laborales»

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En un partido como Ciudadanos, en el que todo parece nuevo y ajeno a los usos políticos tradicionales, la figura de su candidato a la Junta, Juan Marín, constituye una excepción a casi todas las normas. Si la pretensión de Albert Rivera es dotarse de cuadros con extraordinario currículo y con la menor conexión posible con la vieja política, la biografía académica de este político atípico y poliédrico solo indica que ha realizado «estudios de Relaciones Laborales».

Trabajó primero como ayudante en la joyería que su padre regentaba en Sanlúcar de Barrameda, empleo que combinaba con el de entrenador y jugador de un equipo de voleibol. En política, probó primero suerte en Alianza Popular, partido al que estuvo afiliado, para pasar luego al Partido Andalucista. Y, tras formar una asociación de empresarios, fundó su propia plataforma, de Ciudadanos Independientes de Sanlúcar, con la que en el 2007 consiguió convertirse en concejal. En aquella época actuó como socio de gobierno del PSOE para acabar con la mayoría del PP. Pero tuvo la visión de acabar uniendo su plataforma a Ciudadanos cuando el partido de Rivera carecía de la mínima estructura de cuadros en Andalucía. Tras las elecciones autonómicas del 2015, y ya como líder del partido en Andalucía, acabó siendo la bisagra que permitió a Susana Díaz gobernar con comodidad hasta que Albert Rivera ordenó parar máquinas.

Juan Marín es un político que carece del carisma suficiente como para defender en solitario el proyecto de cambio que propugna Ciudadanos en Andalucía. Y de ahí que en esta campaña el protagonismo absoluto haya sido de Rivera y de la jerezana Inés Arrimadas. El alza de Ciudadanos en estos comicios es indudable, pero el reto de Marín es que eso se traduzca en volver a tener poder para decidir quién gobierna.