Los sanitarios que atendieron a la madre y la hija atacadas por los animales en Madrid, impresionados por la virulencia del ataque
22 nov 2018 . Actualizado a las 08:13 h.«Literalmente, devoradas. Con mordeduras en todo el cuerpo. Un enseñamiento increíble». Los técnicos de Emergencias Comunidad de Madrid 112 que fueron a Colmenar de Oreja seguían traumatizados horas después. Todavía balbuceaban cuando respondían al teléfono. Sorprende ver tan impresionados a unos sanitarios que están acostumbrados a casi todo. «Cuando llegamos, los perros parecían dóciles. Incluso juguetones», confiesa uno de los sanitarios. Hacía menos de una hora que los dos dogos de Burdeos (quizás cruzados con otras razas más peligrosas) habían matado a dentelladas a su propia dueña, un mujer de 57 años, y a su hija, de 41, cuando ambas habían acudido a mediodía a la casa donde se encontraban los animales (los dogos y otros dos canes) para darles de comer, lo mismo que hacían casi todos los días. Según las primeras investigaciones, al menos una de ellas murió desangrada, con el cuello desgarrado por los mordiscos.
Lo que realmente ocurrió, dicen los agentes de la Guardia Civil de la cercana localidad de Pinto, será siempre una incógnita. Nadie vio como esos perros, que hasta entonces nunca habían dado muestras de violencia y que casi siempre se mostraban dóciles, pudieron acabar con la vida de dos mujeres maduras y voluminosas.
La voz de alerta la dieron los maridos de las dos víctimas. Ellos fueron los que encontraron los cuerpos sin vida de sus parejas cuando fueron a recogerlas a la residencia. Los hombres dieron la voz de alerta, pero ya no había nada que hacer. Cuando llegaron las asistencias de emergencias solo pudieron notificar que las dos mujeres habían muerto desangradas a consecuencia de los mordiscos de los perros, que pertenecían a la progenitora. Los dogos de Burdeos, según el decreto regional madrileño, no están considerados como raza potencialmente peligrosa en esta comunidad. Sí en Galicia, Cataluña y Valencia, donde es necesario tener una licencia especial. Los criadores aseguran que el dogo de Burdeos es un animal de carácter «tranquilo, equilibrado y sensible», que muestra predilección por los niños y se siente muy apegado a sus amos.