ERC abandona al Gobierno y permite otra reprobación a Dolores Delgado

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado REDACCIÓN

ESPAÑA

La ministra Delgado conversa con el portavoz de Podemos en el Congreso Rafael Mayoral durante un pleno celebrado este mes
La ministra Delgado conversa con el portavoz de Podemos en el Congreso Rafael Mayoral durante un pleno celebrado este mes Eduardo Parra | Europa Press

El PP pide la dimisión de la ministra al ser la más censurada por el Parlamento

23 nov 2018 . Actualizado a las 01:28 h.

Por la puerta de atrás, pero Dolores Delgado entró este jueves en la historia de la democracia española al convertirse en la ministra más cuestionada en las Cortes. En el Congreso acumula ya una reprobación y una petición de dimisión o cese, a las que hay que añadir la reprobación de la que fue objeto por parte del Senado. Y todo en solo cinco meses. La ministra de Justicia fue censurada por la Cámara Alta el pasado 25 de septiembre, cuando el PP hizo valer su mayoría absoluta en el Senado para denunciar el abandono al que sometió el Gobierno al magistrado del Supremo Pablo Llarena, indefenso ante una denuncia de Puigdemont en un tribunal belga.

Dos semanas después, el pleno del Congreso de los Diputados aprobó una moción popular a la que se sumó Ciudadanos, y ante la que se abstuvo Podemos, en la que se exigía la dimisión o el cese de Dolores Delgado por haber mentido en la Cámara respecto a su relación con el excomisario Villarejo, que tras haberla negado quedó constatada con la salida a la luz de unas grabaciones en un restaurante. El presidente del Gobierno, que ya había asistido a la salida de dos de sus ministros, decidió sostenerla a pesar de las críticas, que arreciaban desde la oposición y desde sus socios parlamentarios.

La ministra de Justicia volvió a sufrir este jueves el rechazo por parte de la Cámara Baja. Esta vez a través de una reprobación. De nuevo mediante una iniciativa presentada por el Grupo Parlamentario Popular a la que se sumó Ciudadanos y que salió adelante gracias a la abstención de los nueve diputados de ERC, unos votos que resultaron fundamentales para que en junio acabase cuajando la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa, y que también se antojan imprescindibles para que el Gobierno logre sacar adelante su proyecto para los Presupuestos Generales del Estado. La inhibición de este jueves de Esquerra coincide con la resaca de la gran trifulca protagonizada el día antes entre este grupo y el PSOE durante la sesión de control al Gobierno, y que acabó entre insultos, expulsiones de la Cámara y hasta denuncias de escupitajos.

Se da la circunstancia de que la moción de reprobación a Dolores Delgado votada este jueves en el Congreso fue introducida por sus supuestas presiones a la Abogacía del Estado para que retirase el delito de rebelión del escrito de acusación a los líderes catalanes encausados tras la declaración de independencia del pasado año, varios de ellos de ERC, entre los que se encuentra el máximo dirigente del partido, Oriol Junqueras.

La reprobación de la ministra salió adelante con 167 votos a favor (PP, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias), once abstenciones (ERC y Bildu) y 162 votos en contra (PSOE, Podemos, PDECat y Compromís).

«Burla a los españoles»

Inmediatamente después de la votación, Dolors Montserrat, portavoz del PP en el Congreso, exigió la dimisión de Delgado haciendo un repaso a su historial y recordando la destitución de Edmundo Bal, hasta el miércoles jefe del departamento Penal de la Abogacía del Estado, por, supuestamente, haberse negado a firmar el escrito de acusación contra los líderes del desafío secesionista sin que se incluyese el delito de rebelión, tal y como ordenaron desde el Ejecutivo. «Ha sido reprobada en el Congreso y en el Senado. Jamás en la historia un ministro había sido tantas veces reprobado en tan poco tiempo. Por tanto, pedimos la dimisión ya porque realmente el Gobierno de Sánchez es indigno», denunció.

Ciudadanos votó a favor, aunque eso no le impidió criticar que la iniciativa popular a la que se sumó era una «burla a los españoles», dijo Patricia Reyes, recordando el cambalache entre el PP y el PSOE para el reparto de asientos del CGPJ, unas negociaciones en las que el representante de Génova fue el exministro de Justicia Catalá, que en su momento también fue reprobado.