Sánchez se comprometió a trabajar para que Bruselas asuma que tiene que «volcar recursos de manera estructural para Marruecos» porque la inmigración irregular que busca llegar a Europa a través de España no es un asunto coyuntural o la consecuencia de un efecto llamada. La UE aprobó en agosto pasado una partida anual de ayuda a Marruecos y dispuso un desembolso de 140 millones de euros, pero la entrega todavía no se hizo efectiva, aunque se calcula que lo será comienzos del 2019.
Al Othmani puso énfasis en que la UE, además de ayudar económicamente a Marruecos, debería implicarse en el desarrollo de los países africanos emisores de inmigrantes para frenar los éxodos en el punto de salida. Sánchez admitió que la lucha contra la inmigración irregular es «una responsabilidad compartida» entre España, Europa y Marruecos, que tiene un componente de «seguridad» importante, pero que no es el único.