El PSOE exige que le dejen gobernar Andalucía si es el partido más votado

c. c. SEVILLA / COLPISA

ESPAÑA

Julio Muñoz | efe

Díaz y los candidatos del PP, C?s y Adelante Andalucía asistieron al primer debate a cuatro en la televisión

20 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El primer debate entre los cuatro candidatos a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre ha confirmado cuál es la estrategia con la que el PSOE afronta el reto de las urnas. Los socialistas llevan semanas repitiendo por dondequiera que van que esta campaña es «todos contra el PSOE» y que sus adversarios no tienen más proyecto que el bloqueo y no dejarles gobernar pese a que será, salvo monumental sorpresa, la fuerza más votada. «Una coalición de perdedores contra los socialistas y Susana Díaz», llegó a denunciar la presidenta de la Junta de Andalucía el pasado domingo.

La demanda de que se permita gobernar al partido más votado fue defendida en la pasada legislatura por el PP, que vio como en las elecciones del 2015 fue la primera fuerza en algunas comunidades y ciudades, pero se vio desalojado del Gobierno por las alianzas de los socialistas, sobre todo, con Podemos. Los últimos sondeos difundidos vuelven a dar al PSOE como ganador de los comicios andaluces, aunque con un resultado insuficiente para asegurarse la investidura de Díaz en solitario. Constatan también la imposibilidad de las fuerzas a su derecha, PP y Ciudadanos, de alcanzar una mayoría parlamentaria. Así, no hay fórmula de gobierno que no pase por los socialistas y en eso se basa la estrategia de Díaz al reprochar el previsible «bloqueo» a su investidura. Recriminación que se reprodujo anoche, en el debate de la televisión pública andaluza, una confrontación inédita porque por vez primera los candidatos de PSOE y PP se enfrentaron a los líderes de Ciudadanos, Juan Marín, y Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez. En anteriores elecciones andaluzas solo hubo debate a tres, con el aspirante de Izquierda Unida, ya que solo participan los partidos con representación parlamentaria, y no fue hasta el 2015 cuando Podemos y la formación naranja entraron en el Parlamento autonómico.

Organizado en cuatro bloques: empleo, economía y política fiscal; servicios públicos esenciales y derechos básicos; transparencia y confianza en la vida pública; y, por último, el modelo territorial, el choque de propuestas y reproches dejó claro que Díaz tendrá muy difícil encontrar el aliado necesario para formar gobierno.

Frente a ese bloqueo, que la socialista lleva denunciando desde el inicio de la campaña, el PP, como también repite en sus mítines, se presenta como la única posibilidad real de cambio frente a los 37 años de gobierno socialista, instando a Ciudadanos a no volver a apoyar a Díaz. Una alternativa que reclama para sí la formación de Albert Rivera, cuyas expectativas de crecimiento son las mayores de estas elecciones, a costa de votos tanto del PSOE como del PP. Un crecimiento que no sería tan llamativo como ellos esperan, y que algunas encuestas rebajan aunque duplican sus escaños actuales (de 9 a 22) pero situándola como última fuerza en votos. Los sondeos apuntan a una situación idéntica a la del 2015, con un PSOE como fuerza más votada, pero bastante lejos de la mayoría absoluta y sin un aliado claro, mientras el resto de fuerzas pugnan por la segunda posición y están casi empatadas en escaños. Tampoco termina de quedar clara la entrada de Vox en la Cámara, que podría irrumpir con más de un escaño.