El Gobierno provoca un seísmo político al jugar con un adelanto electoral a mayo

Paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Atlas

Hasta los barones del PSOE rechazan que coincidan con las locales y autonómicas

20 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Gobierno provocó ayer un pequeño terremoto político a cuenta de la fecha de las próximas elecciones generales. El PSOE, pero también el resto de las fuerzas políticas, parecían tener ya asumido que Pedro Sánchez no llamaría a las urnas hasta, como pronto, otoño del 2019. Él mismo dejó caer en múltiples foros que su intención es seguir gobernando con o sin Presupuestos y que no le dolerán prendas en prorrogar los del PP y adaptarlos mediante decretos leyes. Sin embargo, ayer abrió la puerta a un adelanto al primer semestre del año y alertó a sus adversarios.

En realidad, no fue el presidente del Gobierno el que soltó la liebre. Ni siquiera se mostró muy entusiasmado con el hecho de verla correr. Fue el ministro de Fomento y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien rompió el guion y le obligó a pronunciarse sobre el tema durante su visita a Marruecos. Bastó una simple frase del dirigente socialista: «Sabiendo cómo está la política, no hay que aventurar nada». Pero, aunque podía haberlo hecho, el jefe del Ejecutivo no lo contradijo.

Ábalos es el ministro con mayor peso político en el Gobierno y uno de los hombres más cercanos a Sánchez, pero eso no significa necesariamente que compartan criterio. Siempre se ha caracterizado por no tener miedo a expresar su opinión de manera abierta y a discrepar si es preciso del jefe del Ejecutivo. En todo caso, no se trata de un cualquiera. No en vano, Sánchez ha puesto en sus manos y en las de su jefe de gabinete en la Moncloa, Iván Redondo, la coordinación del comité que prepara las próximas citas con las urnas.

«Esa fecha, como otras»

De ahí que llamara la atención que ayer, en un desayuno organizado por Europa Press, dejara caer en su habitual lenguaje llano que no hay que tomarse al pie de la letra afirmaciones como las que realizó el mismo domingo el presidente del Gobierno sobre la duración de su mandato, porque todo forma parte de la natural estrategia política. Ábalos argumentó que la convocatoria electoral es un «poderoso» instrumento político. «Suficientemente poderoso -añadió- como para no jugar con él ni advertirlo». Y a la pregunta expresa sobre qué le parecería un superdomingo -la coincidencia de generales, autonómicas, municipales y europeas el próximo 26 de mayo- replicó que «nada es descartable». «La superación de obstáculos -dijo en referencia a la búsqueda de apoyos para los Presupuestos- determina los demás escenarios».

«El ministro de Fomento ha dicho una cosa que es de puro sentido común -replicó horas después Sánchez desde Rabat- y ha señalado esa fecha (mayo) como otras». Con esas palabras, quitó peso a la posibilidad de un adelanto antes del otoño. Pero por si acaso añadió tajante: «También ha dicho que corresponde al presidente del Gobierno la prerrogativa de la convocatoria electoral: no puedo estar más de acuerdo». Un modo de dar a entender que la única voz autorizada para hablar de la cuestión es la suya.

Los barones socialistas que van a elecciones en mayo, sin embargo, no querrían generales ni antes de las autonómicas ni con ellas. Temen que el escenario de un Parlamento atomizado dificulte la negociación de la investidura y que los posibles pactos condicionen sus expectativas. El presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, lo dijo ayer en La Sexta: «Los ayuntamientos y presidentes autonómicos tienen derecho a que se pueda valorar su trabajo, para bien o para mal, de una manera aislada a la situación coyuntural en la que vive el país». De modo similar, el extremeño Guillermo Fernández Vara admitió en la Ser que su preferencia es octubre. También Abel Caballero se opuso, porque, dijo, el ámbito municipal es el de la «política total» y «no hay nada que pueda sobreponerse a eso».

PP y C's piden que los comicios sean ya y Podemos reunirá el viernes a su máximo órgano

PP y Ciudadanos coincidieron ayer en reclamar al presidente del Gobierno que se deje de «jugar» con las fechas y llame a las urnas de una vez. Conservadores y liberales llevan semanas exigiendo a Pedro Sánchez que convoque elecciones «de inmediato» porque es lo que prometió el líder socialista cuando presentó su moción de censura para descabalgar a Mariano Rajoy, y porque eso es lo que le pidieron sus socios. «Si se creen las encuestas del CIS, no sé a qué esperan para convocarlas», afirmó el líder del PP, Pablo Casado, de campaña en Huelva.

En las filas naranjas tampoco creen que sea necesario esperar a mayo, como adelantó ayer el ministro de Fomento, José Luis Abalos, y exigen a Sánchez que convoque elecciones «lo más pronto posible». «Se trata de que cumpla su palabra, de que deje de tener miedo a los españoles y les tenga respeto, porque no ha dejado de mentir desde que llegó a la Moncloa», aseveró la portavoz nacional, Inés Arrimadas.

La puerta abierta por Ábalos a un superdomingo electoral el próximo 26 de mayo hizo saltar las alarmas en Podemos, donde se inclinaban por que el adelanto de las generales, de producirse, fuera al próximo otoño. La formación de Pablo Iglesias ha convocado para el viernes un consejo ciudadano extraordinario, su máximo órgano de dirección, para definir su estrategia.

Pasividad

En Podemos no ven al Gobierno con mucha intención de sacar adelante las cuentas del 2019 y critican la «pasividad» con la que está encarando las negociaciones con el resto de los grupos parlamentarios. «Parece que no tienen muy claro que vayan a seguir peleando por la aprobación de los Presupuestos», dijo ayer la coportavoz morada, Noelia Vera. De cualquier forma, Iglesias y su círculo no dan por perdidas aún las cuentas y seguirán trabajando «día y noche» para que salgan adelante, porque esa es su «primera opción».

Aunque critican que Sánchez se mantenga en la Moncloa si prorroga los Presupuestos del PP, en Podemos reconocen que respaldarán aquellas medidas del Ejecutivo que consideren necesarias para mejorar la vida de la gente, aunque sean a golpe de decreto, hasta que se convoquen nuevos comicios. «Nosotros no hacemos tacticismo político con las cosas de comer», remarcó el secretario de organización, Pablo Echenique.