Sánchez agita el fantasma del bloqueo poselectoral para pedir el voto a Díaz

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

CRISTINA QUICLER | afp

Reclama una «mayoría rotunda» para evitar la concertación «de las derechas»

19 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez reclamó ayer una victoria «rotunda» del PSOE en las elecciones andaluzas para evitar el bloqueo institucional y que haya que ir a nuevos comicios. El líder socialista sacó a la luz uno de los debates soterrados de la campaña, la posibilidad de una victoria de su partido insuficiente para la reelección de Susana Díaz ante la negativa de Adelante Andalucía (la alianza de Podemos e Izquierda Unida) o de Ciudadanos a dar sus votos para la investidura.

Tras las elecciones de marzo del 2015, la secretaria general del PSOE andaluz se las vio y se las deseó para lograr los apoyos para su investidura. Tuvieron que pasar tres meses hasta que Ciudadanos cedió y apoyó su reelección. Ahora la situación puede ser más compleja por la rotunda negativa de los liberales a repetir la experiencia de la pasada legislatura y el firme rechazo de la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, a dar un balón de oxígeno a su archirrival Susana Díaz, con la no tiene ninguna empatía política -sus críticas al susanismo son marca de la casa- ni personal. La líder andaluza de Podemos, además, no va a plegarse a las eventuales órdenes de Pablo Iglesias de facilitar la investidura porque también está muy distanciada del secretario general de su partido, a cuyos candidatos barrió en las primarias para estas autonómicas.

Una alternativa que ha cobrado cuerpo en la campaña es que Adelante Andalucía exija a los socialistas un cambio de candidato para la investidura. Una opción que ni pasa por la cabeza de la presidenta de la Junta ni por las de los de su partido. Fuentes de Podemos reconocen que es un plan del que se ha hablado, pero dicen que no hay una decisión tomada. El escenario no sería excepcional, porque ya ocurrió en Cataluña con Artur Mas en enero del 2016. Hace casi tres años, los diputados de la CUP se negaron a apoyar su investidura y mantuvieron un pulso hasta que en el último minuto el hasta entonces presidente de la Generalitat cedió y fue reemplazado por el casi desconocido Carles Puigdemont. Los socialistas no creen que se puedan equiparar las dos situaciones, aunque reconocen que la vertiente antisistema de Teresa Rodríguez, exponente de la corriente anticapitalista de Podemos, puede dar pábulo a esa hipótesis.

Andalucía podría encontrarse también en una situación como la que se vivió en España tras las elecciones de diciembre del 2015. En aquella ocasión ganó Mariano Rajoy, pero no tuvo los votos para la investidura y se repitieron las elecciones en junio del 2016.

Pedro Sánchez se puso la venda por si acaso y reclamó ayer en el mitin de la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera «la confianza de los andaluces para conseguir una mayoría rotunda el 2 de diciembre y que no se permita el bloqueo parlamentario». El líder socialista, sin embargo, no puso el foco sobre Adelante Andalucía, sino sobre una eventual concertación de «las derechas», que a su entender es lo que buscan el PP y Ciudadanos.

Movilización

Según los sondeos, el PSOE andaluz está lejos de la mayoría absoluta, de 55 escaños. La más favorable, la del CIS, le otorga entre 45 y 47, y la que publicó ayer el diario Abc le asigna entre 41 y 42. De materializarse esos resultados, Díaz requerirá la complicidad de Adelante Andalucía o de Ciudadanos para ser reelegida. Una cooperación que estaría más cerca con un mejor resultado en las urnas. Por eso el presidente del Gobierno, recién llegado de la Cumbre Iberoamericana de Guatemala, puso énfasis en pedir una amplia movilización que dé un triunfo incontestable a los socialistas y que impida el bloqueo institucional de Andalucía tras las elecciones.

En el PP y en Ciudadanos pugnan por la segunda posición con Adelante Andalucía y, al mismo tiempo, por quedar por delante uno del otro para liderar el bloque de la derecha.

De este hilo tiró ayer Albert Rivera para intentar forzar a Pablo Casado a mojarse en relación con un eventual apoyo a un candidato de Ciudadanos. «Van a tener que apoyar a Juan Marín, como nosotros, cuando éramos menos, hicimos por sentido de Estado. ¿O no se acuerdan ya los populares de cuando apoyamos a Rajoy? Pues ahora que apoyen a Marín y lo hagan presidente de la Junta si tienen lo que hay que tener, que es sentido de Estado», dijo Rivera.