Un hombre solitario, tirador mediocre e hijo de un exalcalde franquista

C. Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

No estaba implicado en política y carece de historial psiquiátrico

09 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un franquista de cuna. Así es Manuel Murillo Sánchez, el acusado de intentar el magnicidio contra Pedro Sánchez. Murillo está en prisión desde el 21 de septiembre, tras ser detenido dos días antes por los Mossos d’Esquadra. La vocación franquista le viene de familia. Su padre, Manuel Murillo Iglesias, fue alcalde de Rubí (localidad próxima a Barcelona) entre 1962 y 1977. Fue un dirigente del régimen distinguido por la dictadura con la Medalla al Mérito Sindical y la Cruz de los Caballeros de San Jorge.

El tirador, a diferencia de su padre, no estaba implicado en la política ni en Rubí ni en la cercana Tarrasa, donde vive. Allí la gente le conoce por su faceta deportiva. Campeón de España de ultrafondo en cuatro ocasiones, ha competido en campeonatos de Europa y del mundo. Fue elegido dos veces como el mejor deportista de Rubí.

También practica el tiro deportivo, de ahí el arsenal que le ha incautado la policía catalana. Es socio del club del tiro de Tarrasa desde hace un decenio. En el club apuntaron ayer que acudía una vez a la semana a practicar, acompañado de su perro, que nunca había dado ningún problema, que no se relacionaba demasiado con el resto de los socios y que es más bien introvertido. En lo deportivo, se le puede considerar un «tirador mediocre», según declaró el presidente del club. A su juicio, estamos ante un tirador de cuarta categoría, muy lejos de lo que hace falta para ser un francotirador certero.

Murillo trabaja en una empresa privada de seguridad. Tiene 63 años de edad, no está casado, apenas tiene amigos y carece de historial psiquiátrico. Nostálgico del franquismo, aficionado a las armas, motero y «dispuesto a sacrificarse por España», según insistió a los policías cuando lo detuvieron. Un lobo solitario. Aunque en su entorno familiar, según Antena 3, descartaron que estuviera dispuesto a matar al presidente del Gobierno y que si lo había dicho, como ha quedado registrado por sus conversaciones en WhatsApp, debía de ser después de haber bebido.