Sánchez prepara un plan B por si se ve obligado a prorrogar los Presupuestos

Ander Azpiroz MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Sebastián Mariscal

Impulsará las medidas sociales mediante decreto ley, pero no convocará elecciones

06 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con Presupuestos para el año próximo o sin ellos, Pedro Sánchez está dispuesto a seguir adelante con la legislatura. El presidente del Gobierno guarda en su manga la carta de la convocatoria electoral pero, aunque las encuestas sean ahora favorables al PSOE, parece que no tiene intención de jugarla en un futuro próximo. Ni siquiera si las formaciones independentistas se enrocan en su voto negativo a las cuentas públicas. Desde el Ejecutivo y sus socios de Unidos Podemos se presiona, especialmente a Esquerra, con la necesidad de sacar adelante los primeros Presupuestos expansivos en años. El sí de los republicanos permitiría incluso la aprobación con una abstención de los diputados del PDECat en segunda votación. Pero si los de Oriol Junqueras no dan su brazo a torcer, el Gobierno ya cuenta con un plan B. Es lo que trasladó ayer Sánchez a la ejecutiva socialista.

La alternativa del jefe del Ejecutivo pasa por impulsar la agenda social incluso aunque se vea obligado a prorrogar las cuentas que heredó de Mariano Rajoy. Entre las prioridades de Sánchez se encuentra el incremento del salario mínimo y la actualización de las pensiones, puntos que figuran en el acuerdo que rubricó con Pablo Iglesias el pasado 11 de octubre. La fórmula para lograr estos objetivos sería la de gobernar a base de decretos ley, en teoría reservados para casos de urgencia y extrema necesidad.

La ministra de Economía se refirió ayer desde Bruselas a una posible prórroga de los Presupuestos en el caso de que los independentistas no se abran a negociar. Según señaló Nadia Calviño, el Ejecutivo trabaja para tratar de armar consensos, pero si estos no se diesen se seguirá adelante con las cuentas del 2018. La ministra de Economía insistió en la necesidad de desligar la causa judicial contra los dirigentes secesionistas de unos Presupuestos que son los que «España necesita», incluidos los ciudadanos catalanes.

Agotar la legislatura

El ministro de Fomento y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, se expresó en el mismo sentido. Según señaló, los independentistas deberán decidir «si les importa el salario mínimo, las pensiones o la dependencia». Y continuó: «El Gobierno tiene más claro que en cualquier otro momento que su obligación es dar al país la estabilidad que otros niegan; por tanto, el propósito es agotar la legislatura y ganar las próximas elecciones».

Las llamadas al acuerdo del Gobierno han caído en saco roto. También, por el momento, las gestiones que ha realizado Pablo Iglesias, quien ha visitado en la prisión de Lledoners a Oriol Junqueras y conversado por teléfono con el fugado Carles Puigdemont. El secretario general de Podemos, quien desde el instante en que se planteó la moción de censura a Rajoy abogó por agotar la legislatura, cree ahora que las generales están más cerca que nunca porque no se están «poniendo las cosas fáciles» a quienes apuestan por el diálogo. Y, según dijo el sábado, buena parte de la culpa corresponde al Ejecutivo: «¿Por qué tiene que pagar el autoritarismo del anterior Gobierno y la falta de audacia de este la gente trabajadora?».

De haber un adelanto electoral, Iglesias saldrá a por todas. Y eso incluye reabrir la batalla por el liderazgo de la izquierda con Sánchez. De momento, ayer aludió a un futuro pacto entre el PSOE y Ciudadanos, al estilo del que el actual presidente firmó con Rivera en febrero del 2016.

Los comunes amenazan a Torra con rechazar sus cuentas si no apoyan las del Estado

Los independentistas insisten en que no apoyarán los Presupuestos del Estado. «Será un no enorme y clarísimo», según apuntó ERC. Pero a los grupos secesionistas les ha surgido un problema inesperado. Quim Torra y Pere Aragonès contaban con los comunes para aprobar los Presupuestos de la Generalitat y garantizar una cierta estabilidad a la legislatura catalana. Sin embargo, Catalunya en Comú lanzó ayer un serio aviso a los independentistas. Será «difícil» y «muy complicado» que puedan aprobar las cuentas de la Generalitat si las del Estado, que contemplan inversiones por valor de 2.200 millones para Cataluña y pueden permitir políticas sociales, no salen adelante. La intención de Torra y Aragonès es aprobar las cuentas catalanas con los ocho escaños de los comunes, ya que la CUP ya se ha desmarcado del Gobierno autonómico y le ha negado el apoyo a todo lo que tenga que ver con la política autonómica.