Las elecciones andaluzas obligan a Sánchez a anteponer el empleo en Cádiz al castigo a Arabia Saudí

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

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El jefe del Ejecutivo admite que en muchas ocasiones «las realidades» no se corresponden con «los ideales»

24 oct 2018 . Actualizado a las 12:07 h.

Pedro Sánchez antepone el empleo a los ideales pacifistas de los que tanto presume su Gobierno. La actualidad internacional le ha jugado una mala pasada al presidente del Gobierno. Este miércoles tenía prevista su comparecencia en el Congreso para explicar la venta de armamento a Arabia Saudí, y ha tenido la mala fortuna de que le ha coincidido en pleno terremoto tras el asesinato del periodista Khashoggi, crítico con el régimen teocrático, en el consulado de este país en Turquía.

Sánchez mostró la consternación de su Gobierno respecto a este escabroso episodio, pero que «no puede ni debe impedir que actuemos con responsabilidad», defendió. El jefe del Ejecutivo mencionó la «complejidad de la política», y admitió que muchas veces, como en este caso, «las realidades» se anteponen a «los ideales».

El Gobierno sabe perfectamente que hay en juego un contrato de 2.000 millones de euros firmado por Arabia Saudí con Navantia por la construcción de cinco corbetas en el astillero de Cádiz. Este acuerdo estuvo a punto de irse al garete hace poco más de un mes, cuando el Ministerio de Defensa manifestó su intención de cancelar la venta de bombas de alta precisión a este país, una decisión que abrió una crisis bilateral que amenazó con la cancelación del contrato de las corbetas, poniendo así en peligro miles de puestos de trabajo en la Bahía de Cádiz. El jefe del Ejecutivo tuvo que rectificar a su responsable de Defensa, y tras un minucioso trabajo de Borrell como responsable de Exteriores, el Gobierno logró apagar el incendio.

Con las elecciones andaluzas a la vuelta de la esquina (2 de diciembre), Sánchez no puede permitirse un bloqueo armamentístico a Arabia Saudí, como decretó esta semana la Alemania de Merkel, porque el castigo del régimen teocrático tocaría de lleno a la región con el desempleo más alto de la Comunidad Autónoma con más paro de España. «La complejidad de la política».

Un Bréxit duro le llevaría a buscar la confianza del Congreso

El futuro de Pedro Sánchez al frente del Gobierno depende fundamentalmente de dos variables: la evolución del desafío secesionista en Cataluña y su capacidad para articular una mayoría parlamentaria que le permita aprobar los Presupuestos. Ambas están estrechamente vinculadas, ya que el sí a las cuentas del 2019 pasa necesariamente por ERC y el PDECat.

Este miércoles Sánchez pareció abrir una nueva puerta de salida de la Moncloa antes de que se agote la legislatura. El presidente del Gobierno compareció en el Congreso para informar a la Cámara sobre el Consejo Europeo celebrado la pasada semana en Bruselas en el que se negoció con intensidad los términos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que se hará efectiva el próximo marzo del 2019. El jefe del Ejecutivo pintó los escenarios principales: un divorcio amistoso, deseado por todas las partes, o un brexit duro, es decir, sin acuerdos importantes. «Llegado ese punto, pediré la confianza de esta Cámara para que podamos tomar las mejores decisiones en beneficio de este país». El líder del Ejecutivo arrancó el aplauso de la bancada socialista, que pareció responder a las críticas desde la oposición que lo acusan de haberse atornillado a La Moncloa.

Por otra parte, el presidente del Gobierno defendió que su equipo cuenta «con planes de contingencia para cualquier» escenario. «Es nuestra responsabilidad», dijo. E invitó a todas las administraciones autonómicas, provinciales y hasta municipales a elaborar el suyo propio para minimizar los daños que podría causar una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea.

«¿No se da cuenta de que es partícipe y responsable del golpe de Estado que se perpetra en España?»

A Pablo Casado, sin embargo, le parece una«desfachatez» que Sánchez haya acudido al Congreso a hablar de brexit para decir que la «segregación no es posible» cuando «está sentado en el banco azul gracias a los votos de los independentistas», cuando él es «aliado de los que quieren romper España». «¿No se da cuenta de que es partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España?», espetó el líder de los populares al presidente del Gobierno durante su intervención. Tras acusar al Ejecutivo de dejar «tirados» a los jueces, recordó que en España «hay una Constitución y hay que defenderla», porque la «soberanía nacional reside en el pueblo español en su conjunto».

Casado cargó también contra Sánchez por hacer un «trampantojo» de comparecencia en lugar de acudir al Congreso a dar explicaciones sobre este «gobierno tan bonito» que «se le cae a trozos», en el que utiliza a los ministros como «escudos humanos» para no tener que dar explicaciones