3-O: Un año del histórico discurso de Felipe VI sobre Cataluña

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez REDACCIÓN

ESPAÑA

La intervención del monarca supuso un giro en la actuación del Estado y las fuerzas políticas constitucionalistas para frenar el desafío secesionista

03 oct 2018 . Actualizado a las 11:15 h.

España vuelve a mirar a Cataluña. Con motivo del primer aniversario del referendo del 1-O ha regresado a la memoria colectiva el duro discurso de unidad lanzado por el rey Felipe VI el 3-O, dos días después de que los independentistas catalanes sacaran las urnas a la calle de forma ilegal y unilateral. 

Fue un discurso firme y sin concesión alguna a quienes, según sus propias palabras, quebrantaron «los principios democráticos de todo Estado de derecho y socavaron la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana». Y criticó duramente a los artífices del desafío secesionista, que desde un tiempo y «de manera reiterada y deliberada» incumplieron la Constitución y su Estado de Autonomía con la única pretensión de «proclamar ilegalmente la independencia». 

Las palabras de Felipe VI dos días después de los graves acontecimientos ocurridos en Cataluña sirvieron para que el monarca pudiera incidir en el lugar que ocupa la cuestionada institución que dirige. De alguna manera, la intervención del monarca recordó a otro momento clave de la transición española en la que su padre evitó el golpe de Estado protagonizado por Tejero el 23 de febrero de 1981. También en esta ocasión, el mensaje del rey fue de «tranquilidad, confianza y esperanza» para todos los españoles y, especialmente, para los catalanes: «No están solos, ni lo estarán», porque «tienen todo el apoyo y la solidaridad del resto de los españoles».

«Son momentos difíciles, pero los superaremos», proclamó Felipe VI. «Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos. Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las últimas décadas», dijo en una de sus referencias al pasado de España. 

Las palabras del rey tuvieron un impacto claro en la sociedad española, que asistía atónita a unos acontecimientos insólitos y cuyo futuro aún sigue incierto un año después. El mensaje institucional de Felipe VI fue emitido por 30 canales de televisión, fue seguido por casi doce millones y medio de espectadores, casi tres millones de ellos desde Cataluña. 

Como era de esperar, los líderes independentistas obviaron el discurso del rey, aunque sus seguidores protagonizaron caceroladas en las calles para intentar silenciar la llamada a la unidad. También Podemos e IU rechazaron las palabras del monarca. El PP fue la primera formación política en valorar el discurso, a través del entonces vicesecretario de comunicación, Pablo Casado (hoy secretario general del partido), quien destacó el papel de la Casa Real como «garante de la concordia y la convivencia. El PSOE, entonces en la oposición, «agradeció» la intervención del jefe del Estado «en estos momentos tan delicados» y destacó la defensa del Felipe VI de «la Constitución, del Estatut, de la legalidad y el Estado de derecho y de la integridad territorial». También Ciudadanos incidió en que el rey «ha dado la cara por todos».

Angel Díaz | EFE

La intervención del monarca fue el preludio a los primeros anuncios de marcha de empresas de Cataluña ante la deriva soberanista. También fue clave para que la mayoría de las fuerzas constitucionalistas cerraran filas para responder al desafío lanzado por Puigdemont y forjaran el acuerdo que se concretó en la aplicación del artículo 155. También provocó la reacción de los principales líderes comunitarios, que desmontaron el espejismo de que una Cataluña independiente tendría cabida en la Unión Europea. 

Probablemente, el del 3 de octubre del 2017 fue el discurso más importante de Felipe VI desde que sucedió a su padre en junio del 2014. Pero en estos últimos doce meses, ha aprovechado todas las oportunidades que ha podido para apoyar su mensaje de unidad ante la amenaza independentistaAsí lo hizo el 21 de octubre, durante la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias, a pocas horas de que el Gobierno aprobara la aplicación del artículo 155 para restablecer el orden constitucional en Cataluña: «España tiene que hacer frente a un inaceptable intento de secesión en una parte de su territorio nacional y lo resolverá por medio de sus legítimas instituciones democráticas, dentro del respeto a nuestra Constitución y ateniéndose a los valores y principios de la democracia parlamentaria en la que vivimos desde hace ya 39 años».

Y volvió a hacerlo en su tradicional cita con los españoles, durante su discurso de Navidad, en el que se dirigió directamente a los diputados electos del Parlamento de Cataluña para pedirles que emprendieran un camino que no lleve «de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión», sino a recuperar «la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo».