Los arietes contra el secesionismo se van

mercedes lodeiro BARCELONA / E. ESPECIAL

ESPAÑA

ATLAS

Funcionarios de la carrera judicial y de las fuerzas de seguridad, hastiados de la presión independentista, buscan ser trasladados a otros destinos fuera de Cataluña

02 oct 2018 . Actualizado a las 18:51 h.

 Los funcionarios estatales arietes contra los desmanes legislativos de los políticos independentistas, entiéndase jueces y fiscales y fuerzas de seguridad del Estado, llevan un año sufriendo una tensión desmedida en Cataluña. Muchos son los que cuentan los días para lograr un desplazamiento a otras zonas de España. Pero las circunstancias actuales han obligado este año al Gobierno central a adoptar medidas excepcionales en algunos concursos. Es el caso anunciado a principios de septiembre de la suspensión de traslados de 300 guardias civiles destinados en Cataluña y a los que ya se les había aprobado otro destino fuera de la comunidad autónoma. Ellos, y sus familias, fueron víctimas el año pasado, y lo siguen siendo, de insultos y agresiones en lo que alguno define como «un ambiente irrespirable». Conocido es lo que aconteció a hijos de guardias civiles del cuartel de San Andrés de la Barca (Barcelona), que al día siguiente del 1-O tuvieron que soportar en clase vejaciones por parte de algunos profesores que conminaron a los alumnos a indicar si eran hijos de guardia civil. Esos señalamientos también los padecen las familias de los policías nacionales. Durante este último año, 360 agentes solicitaron el traslado a otras comunidades y lo lograron el pasado julio.

También en el sector judicial hay deseos de irse de Cataluña por la tensión derivada del desafío independentista. En lo que va de año ya se han ido 15 jueces y solo ha llegado uno a la comunidad, según fuentes del Consejo General del Poder Judicial. Las asociaciones de jueces hablan de «incomodidad» y «anormalidad», aunque también se muestran firmes y aseguran que «los ataques que se dirijan contra los jueces no tendrán la menor eficacia».

Señalamiento y persecución

Los mismos manifestantes de los CDR que ayer rompieron la tranquilidad en las calles de Barcelona y en los transportes en Cataluña son los protagonistas de las amenazas al juez Llarena, cuya casa en la localidad gerundense de Dans fue objeto de pintadas. «Te esperamos», «prevaricador», «los Països Catalans serán tu infierno» son mensajes con la firma de Arran que demuestran el acoso al que también se ven sometidos los jueces en Cataluña y por el que, cada vez más, los magistrados emigran de la comunidad. La mujer de Llarena, Gema Espinosa, hasta hace poco directora de la Escuela de Práctica Judicial en Barcelona, fue víctima de una campaña de coacción e intimidación por parte de sectores radicales independentistas, por ser la esposa del instructor del caso Procés. Aspira ahora al traslado al Consejo General del Poder Judicial en Madrid.

Este sector vilipendiado por los separatistas experimenta un goteo constante de funcionarios hacia otras comunidades. Esto se suma a la escasez de jueces que eligen Cataluña como destino y al déficit de tradición opositora en Cataluña a la Administración del Estado por parte de los graduados, explica José María Mollinedo, del sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha.

En las últimas 21 promociones de la Escuela Judicial ha habido 239 jueces en prácticas con residencia en Cataluña, el 8 % cuando la población de la comunidad representa un 16 % de la del Estado. Celso Rodríguez Padrón, de la Asociación Profesional de la Magistratura, no cree que la situación sea alarmante, pero sí «muy incómoda». Coincide con él Jesús Gómez, de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria, y admite que, como muchos compañeros, él también se ha planteado marcharse para vivir «tranquilo y con los problemas de un ciudadano normal».