Sánchez será el primer jefe de Gobierno español en visitar Cuba desde González

paula de las heras NUEVA YORK / COLPISA

ESPAÑA

casa blanca

En su reunión con el presidente Díaz-Canel, evitó hablar de derechos humanos

26 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez hará lo posible por convertirse en el primer presidente del Gobierno español que visita Cuba oficialmente desde que lo hizo Felipe de González en 1986. El jefe del Ejecutivo aceptó ayer en Nueva York la invitación cursada por el nuevo presidente del país caribeño, Miguel Díaz-Canel, con el que mantuvo una reunión en el marco de la Asamblea General de la ONU. Aún no hay fecha para la cita, pero en la Moncloa dicen que la intención es que el viaje se produzca «lo antes posible».

En sí misma, la afirmación no quería decir mucho. Fue también lo que dijo el anterior Gobierno cuando, en marzo del 2017, recibió una invitación similar de Raúl Castro, de manos de su ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, para Mariano Rajoy y para los reyes: «Se hará lo antes posible».

El jefe de la diplomacia española, Alfonso Dastis, llegó a hacer un viaje preparatorio, pero finalmente meses después todo se frustró porque, según adujo, no se daban las «condiciones necesarias».

En el Ejecutivo aseguran, sin embargo, que Sánchez tiene toda la «voluntad política» de materializar la visita y en facilitar también la cursada por Cuba al rey Felipe VI, que se podría hacer coincidir con los 500 años de la fundación de La Habana en noviembre del 2019. «Es una fecha que nos está llamando a gritos», dicen en Moncloa. A la importancia económica que tendría una toma de contacto al más alto nivel, largamente reclamada por las empresas españolas, se añade en el caso de Sánchez la cuestión simbólica. Sería un nuevo guiño muy del gusto de su electorado y, sobre todo, le haría protagonista de un acontecimiento histórico.

Sin política interna

Según aducen fuentes españolas, no hubo en la reunión ocasión para hablar de «política interna». Es decir, sobre avances de democratización en la isla, de los disidentes presos o de libertades. Pues todo, argumentan, se centró más en el deseo de «relanzar» las relaciones, primero políticas, y después, culturales y comerciales. Sánchez y Díaz-Canel se centraron en hablar de la relación bilateral y del denso entramado de vínculos sociales, económicos y culturales.

Al margen del viaje de Felipe González en 1986, también José María Aznar y el rey Juan Carlos (que nunca antes ni nunca después visitó Cuba) pusieron un pie en La Habana en 1999, pero no fue para una visita oficial sino para participar en una Cumbre Iberoamericana. A Díaz-Canel también confirmó Sánchez su presencia en la cumbre iberoamericana que se celebrará en Antigua (Guatemala), los días 15 y 16 de noviembre. No se descarta que con motivo de ese desplazamiento, la fecha se aproveche para que el jefe del Ejecutivo español realice la visita oficial a Cuba que ayer apalabró con el presidente isleño. Sánchez, además de participar en esa cumbre, volverá a América Latina del 30 de noviembre al 1 de diciembre, para estar presente en la capital argentina con motivo de la cumbre del G20.

El presidente se ofrece a ser el abogado de la isla ante la UE

Pedro Sánchez no mencionó para nada la política de represión en Cuba, sino que tendió la mano al presidente cubano frente a la Unión Europea. «Les hemos transmitido que pueden contar con nosotros como los amigos o como los abogados ante la Unión Europea», explicaron fuentes del Gobierno.

Hace años, la política española era otra. El exjefe del Ejecutivo José María Aznar tuvo varios encontronazos con Fidel Castro. No solo anunció en 1996, tras un encuentro con el vicepresidente norteamericano Al Gore, que suspendía la cooperación oficial a Cuba, sino que fue el impulsor de la Posición Común de la UE, que condicionaba las relaciones con el país a avances en las libertades y los derechos humanos.

La Posición Común llegó a su fin en el 2016, el mismo año en el que el presidente Barack Obama puso imagen al deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. El demócrata fue el primer dirigente de su país en visitar Cuba desde 1928, pero después -y eso es algo que subrayan desde la Moncloa como ejemplo de que España está perdiendo oportunidades- lo hicieron el francés François Hollande y el primer ministro italiano, Matteo Renzi.

Antes, con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero al Gobierno, en marzo del 2004, las relaciones se fueron normalizando. Su iniciativa durante la presidencia española de la UE, en el 2010, permitió que la UE abandonara la «política común», y comenzara el camino de la negociación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la UE, suscrito a finales del 2016.