El desafío secesionista también hunde la inversión extranjera en Cataluña

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Quique García | EFE

La llegada de capital exterior cae un 40,8 % mientras crece en el resto de España

21 sep 2018 . Actualizado a las 10:25 h.

La Generalitat trata de minimizar el impacto de la fuga de empresas de Cataluña, pese que son más de 5.000 las que han abandonado la comunidad desde el momento álgido del desafío secesionista hace ahora un año. Pero no solo huyen las sociedades, también lo hacen los inversores. Mientras en el conjunto de España ha crecido ligeramente (1,18 %) la inversión extranjera en el primer semestre del año, en Cataluña ha caído un 40,87 %, según los datos del Registro de Inversiones Exteriores publicados ayer por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. La cifra de Cataluña contrasta especialmente con la evolución en la Comunidad de Madrid, donde creció un 43,78 % en el mismo período.

La inversión extranjera en Cataluña evoluciona con independencia de cómo lo hace en el resto del país y parece obedecer a una dinámica relacionada con los hitos del proceso independentista, que dio un importante salto adelante tras la consulta organizada por Artur Mas el 9 de noviembre del 2014 y que se aceleró posteriormente, tras las elecciones catalanas de septiembre del 2015. En el primer semestre del año 2016, aún se dejaban sentir claramente los efectos de la crisis económica, de manera que la llegada de capital desde el exterior decreció en España, con una caída media, respecto al mismo período del año anterior, del 2,24 %. El descenso fue más apreciable en Madrid (26,45 %), y muchísimo más aún en Cataluña, donde cayó un 48,19 %. La interpretación se hace evidente: al repliegue inversor por la desconfianza en la economía española se le sumaba en Cataluña la incertidumbre por los derroteros que habría de tomar el proceso independentista.

Menos de mil millones

La incipiente recuperación de la confianza en la marcha de la economía española más la relativa calma en Cataluña en el primer semestre del año pasado hizo que la inversión aumentara entonces un 25,77 % en la comunidad respecto del 2016. Una cifra que, sin embargo, sigue siendo inferior a la del conjunto de España (27,09 %) y de Madrid (37,74 %). La incertidumbre política catalana en el último año ha hundido la inversión en la comunidad entre enero y junio. Un 40,87 % menos, Y por primera vez desde el 2014, la llegada de dinero extranjero cae por debajo de los mil millones de euros en el semestre.

Polémicos comentarios en un chat de jueces

El independentismo aprovechó la publicación de un chat privado de jueces en el que se compara el secesionismo con el nazismo para cargar contra el sistema judicial español, para presentarlo como parcial y poco independiente, para insistir en la idea de que el juicio por el 1-O será una farsa y para mantener que hay una persecución general contra el soberanismo. Los secesionistas desplegaron su artillería en pleno aniversario del 20-S, el día del asedio a la Consejería de Economía (registrada por la Guardia Civil) que acabó con el encarcelamiento de los líderes de la ANC y Ómnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

Las fuerzas secesionistas incrementaron el tono victimista y elevaron la presión sobre los jueces y la Fiscalía para pedir la liberación de sus líderes. Quim Torra, en un discurso institucional desde el Palau de la Generalitat, no solo pidió la libertad de todos los dirigentes soberanistas encarcelados, sino también el regreso de los que se fugaron y el archivo de las causas contra los independentistas. Torra insistió en que no tienen garantizada su seguridad jurídica y no tendrán un juicio «justo ni imparcial».

Torra se suma a la manifestación en recuerdo del asedio a la Consejería de Economía

Miles de personas se manifestaron ayer frente al Departamento de Economía de la Generalitat, en el centro de Barcelona, para reclamar la libertad de los dirigentes secesionistas que están presos y para reivindicar la independencia. Un año después, miles de personas conmemoraron la protesta que se produjo el 20-S en el mismo lugar mientras la Guardia Civil registraba la consejería.

Una concentración, la de entonces, convocada de manera espontánea y que supuso el aviso del independentismo de que no pisaría el freno en los acontecimientos que estaban por llegar, sobre todo el referendo ilegal del 1-O. Los convocantes de la protesta, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, están hoy en prisión acusados de sedición. Hace un año se dirigían a la multitud, megáfono en mano, subidos en uno de los coches de la Guardia Civil. Los actuales líderes de las plataformas secesionistas advirtieron ayer a los poderes del Estado que el secesionismo no piensa parar. «No pasarán. A la calle, a luchar en la calle las veces que haga falta», arengó el líder de Òmnium. «Estamos aquí y estaremos siempre que haga falta», afirmó en los parlamentos finales, para «seguir defendiendo la república». Marcel Mauri exigió al Gobierno que inste a la Fiscalía a retirar los cargos que se le imputan a los Jordis si no quiere ser «cómplice de la extrema derecha» y ser responsable de sentar en el banquillo a personas «inocentes».

La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, también llamó a la unidad del secesionismo. «España demuestra que, a pesar de todo, es un Estado débil, somos capaces de vencer», aseguró. El 20-S de hace un año fue un punto de inflexión en varios sentidos. En lo que supuso la acción de la Justicia contra los líderes secesionistas y en lo que tiene que ver con la presión de la calle a los artífices del proceso.

Divisiones internas

Las plataformas soberanistas insistieron ayer en presionar al Gobierno. Pero un año después, las reclamaciones ya no son tanto sobre la independencia como a favor de la libertad de los presos.

El independentismo, a pesar de las divisiones internas, mantiene su capacidad de movilización. Torra pidió un otoño caliente y la gente le respondió ayer con una protesta quizá mayor que la de hace un año. A la manifestación acudió el Gobierno catalán en pleno, lo mismo que buena parte de los grupos parlamentarios de JxCat y ERC. Y también la CUP y los comunes.

El Teatro Real y el director Álex Ollé deploran la presencia en el escenario de dos lazos amarillos

El Teatro Real y el director Álex Ollé lamentaron ayer «profundamente» la exhibición que hicieron el miércoles dos colaboradores de la Fura dels Baus de lazos amarillos cuando salieron a saludar tras la función Faust, una representación que inauguraba la temporada y a la que asistieron los reyes.

El escenógrafo de la Fura, Alfons Flores, y el figurinista, Lluc Castells, salieron a saludar al escenario con lazos amarillos en su ropa, algo que provocó un sonoro abucheo de parte del público.

Ollé, director de escena del montaje de Faust, ha explicado al teatro en un comunicado, y que el Real hizo público ayer, que Flores y Castells «no son miembros de la Fura» sino dos «colaboradores» y ha subrayado que está «desolado» por un incidente «desafortunado y fuera de lugar». «No se deben de mezclar los posicionamientos políticos personales con el ámbito profesional», señala. «El Teatro Real lamenta profundamente lo sucedido al término del estreno de la temporada y quiere poner de manifiesto que la cultura es un patrimonio de todos y, por lo tanto, debe estar libre de cualquier instrumentalización partidista», añade el coliseo.

Un programa de humor de TV3 se burla de los guardias civiles llamándolos «picoletus ibericus»

El programa estrella de TV3, Polònia, producido por Toni Soler, un conocido empresario independentista que en los últimos tres años ha recibido más de 650.000 euros de subvenciones de la Generalitat, ha usado una parodia de la sección del tiempo para llamar picoletus ibericus a los guardias civiles. El presentador alerta de un nuevo fenómeno, «un otoño caliente», debido a la llegada a Cataluña de «migraciones animales» y en la pantalla aparecen dos guardias civiles volando a los que califica de «picoletus ibéricus», en alusión a los traslados de fuerzas de seguridad del Estado a Cataluña con motivo del 1-0 y su aniversario. «Son unos pájaros procedentes de la meseta central», explica. «Son los picoletus ibéricus, un ave conocida como piolín con plumaje verde constitucional», añade. En otra imagen se ve a dos agentes a los que llama «piolines» en el tejado de una iglesia diciendo «Arriba España», mientras el humorista afirma: «No les digan que quieren votar».