En la Moncloa dicen que arropan a la titular de Sanidad, pero se niegan a dar la cara

f. b. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

11 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez se encontró ayer con un nuevo problema en el seno de su Gobierno. El jefe del Ejecutivo construyó su moción de censura sobre Rajoy en la transparencia y en la ejemplaridad con la que contaría su Gabinete, por lo que tendrá complicado sostener a la ministra de Sanidad, Carmen Montón, en caso de que siga complicándose el asunto de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos. Se trata del mismo centro de estudios en el que estalló toda la polémica con la expresidenta de la Comunidad de Madrid Cristina Cifuentes y que acabaría por costarle el puesto.

«Ha quedado claro que no acudió a clases, no hizo los exámenes, no hizo trabajo fin de máster, se matriculó una vez comenzado el máster y no fue a ningún tribunal porque ese tribunal nunca existió», denunciaba el pasado abril Pedro Sánchez, por entonces todavía jefe de la oposición. No le parecía suficiente la dimisión de Cifuentes, y defendía a capa y espada la celebración de una moción en el Parlamento autonómico para despojar del poder a la dirigente popular. 

Misma estrategia

Montón garantizó ayer que se sentía respaldada por su presidente, a quien mantiene puntualmente informado de todos los detalles. Fuentes de la Moncloa trasladaron que, efectivamente, las explicaciones ofrecidas ayer por la ministra habían convencido a Sánchez, aunque el presidente evitó manifestarse en todo el día. El comportamiento está siendo similar al de otras polémicas en las que la Moncloa ha reaccionado en un primer instante a través de fuentes autorizadas, lanzando una especie de globo sonda, admitido hasta por miembros del propio Gabinete, para comprobar las reacciones y confiar en que el paso del tiempo y la aparición de nuevas polémicas acaben enterrando el asunto. Uno de los casos más recientes se dio con el impuesto del diésel, que sí fue anunciado a bombo y platillo por el propio presidente, pero a los pocos días matizado por la titular de Industria, Reyes Maroto, como una cuestión todavía sujeta a debate.

En el caso de acabar forzando la salida de Montón, esta sería la segunda baja del Gobierno, tras la marcha obligada del exministro de Cultura Màxim Huerta, que acabó dimitiendo horas después de ser ratificado por fuentes autorizadas de la presidencia.

Pablo Casado: «Confío en las explicaciones que dé»

 

La información publicada ayer por El Diario.es que recoge las supuestas irregularidades cometidas por Carmen Montón para superar su máster en la Universidad Rey Juan Carlos fue recibida con mayor contundencia por los socios de Gobierno del PSOE que por la oposición. En Podemos ya comienzan a sugerirle a Pedro Sánchez que tendrá complicado no forzar su dimisión. «Si no despeja todas las dudas, debería dimitir», afirmó el secretario de organización, Pablo Echenique. En la formación morada creen que la rueda de prensa que ofreció ayer no ha hecho más que arrojar sombras sobre el tema, y consideran complicado que pueda aclarar todas las dudas en una comparecencia en el Congreso. En Ciudadanos también registraron una petición para que rinda cuentas ante la Cámara Baja. 

Prudencia en las filas populares

Por su parte, el presidente del PP, Pablo Casado, cuyos estudios en la misma universidad se encuentran bajo sospecha, declaró a su paso por Telecinco que «existe el Estado de derecho» y que será más respetuoso de lo que los socialistas fueron con él: «Confío en las explicaciones que dé: antes que demostrar su inocencia hay que demostrar su culpabilidad». En cambio, el vicesecretario de organización, Javier Maroto, denunció un doble rasero: «Los socialistas se ponen a pedir dimisiones y hacen hogueras a la primera de cambio, pero cuando sucede en sus filas, se ponen a cubrir a esas personas».