Torra desoye a sus propios socios y amenaza otra vez con la vía unilateral

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Marta Pérez | efe

ERC apuesta por rebajar la presión y encontrar una vía negociada con el Gobierno

04 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, pronunciará hoy una conferencia en Barcelona titulada Nuestro momento, en la que analizará cómo encarar los próximos meses en Cataluña. Su objetivo es «encarrilar» el proceso secesionista y recuperar la iniciativa, tras los primeros cuatro meses de mandato, en los que el nuevo Ejecutivo de la Generalitat se ha centrado en recuperar el control de la Administración autonómica, después de meses bajo el 155. Está por ver si Torra dará hoy a conocer una hoja de ruta detallada sobre cómo hacer efectiva la república, el objetivo que marcó en su discurso de investidura.

A la espera de su intervención, el presidente de la Generalitat lanzó ayer varios mensajes de por dónde pueden ir los tiros. De entrada, avisó de que llegará hasta el final para cumplir lo que el dirigente nacionalista define como «mandato popular del referendo del 1-O y de las elecciones del pasado 21 de diciembre». «Mi único límite es el Parlamento. Yo defiendo que en él reside la soberanía del pueblo; es el único al que yo debo lealtad, y llegaré lo lejos que el Parlamento de Cataluña quiera», dijo en TV3.

Torra tiene un problema. Amenaza con volver a saltar al precipicio, como hizo su antecesor, pero no es capaz de precisar qué ha cambiado en la política catalana para que la estrategia que adoptó el Gobierno catalán anterior, y que acabó como acabó, ahora le vaya a salir bien. En cualquier caso, el presidente de la Generalitat parece estar dispuesto a volver a caer en el mismo error que Carles Puigdemont, que ignoró a la mitad de la población catalana. Y es que Torra afirmó ayer que con un 47 % de los votos ya es suficiente para implementar la república, obviando que un 53 % de la población catalana votó en las pasadas elecciones a fuerzas no independentistas. Una parte del independentismo insiste en las fórmulas del pasado, pero la división en el movimiento cada vez es más palpable.

Desde ERC replicaron que el secesionismo aún necesita ampliar su base social para afrontar retos de la envergadura de un proceso de ruptura. Esquerra propone no quemar las naves a la primera, ralentizar el ritmo del proceso y apostar por la negociación con Madrid, desde la premisa de que no puede renunciar al derecho de autodeterminación. «Hay que adaptar la estrategia al contexto actual», afirmó la portavoz republicana, Marta Vilalta. Desde las filas de JxCat, el exconsejero Josep Rull, en prisión, advirtió también a Torra de que no tiene «sentido repetir la estrategia» de la legislatura pasada, basada en la ruptura a la brava y mediante la desobediencia. «Hay que buscar el mismo objetivo, pero por otros caminos», declaró en una entrevista publicada por el diario Ara, mientras el presidente de la Generalitat volvía a hablar de elaborar una Constitución catalana y refrendarla en un plebiscito. Él mismo admitió, no obstante, que existen distintos «ritmos» en el independentismo.

Petición de unidad

Por ello, Torra reclamará hoy unidad al secesionismo. Unidad política, ahora que nace la Crida Nacional, la formación que ha lanzado Carles Puigdemont, y también unidad en el independentismo civil. El presidente de la Generalitat, como sus antecesores, volverá a jugar la carta de la movilización social, casi la única baza que tiene el independentismo para mantener vivo el pulso al Estado. Ayer pidió a los catalanes «resistencia, tenacidad, resiliencia y capacidad de estar ahí cada día». Reclamó además una «movilización permanente» desde el día 11, jornada en la que se celebra la fiesta de Cataluña, la Diada, hasta el invierno, cuando tendrá lugar el juicio del 1-O. Torra sueña con una especie de «marcha» colectiva por los derechos civiles y nacionales, como la del famoso discurso de Luther King en 1963. «El pueblo no aceptará las condenas», advirtió. «Daremos una respuesta de país», avisó. Una de esas respuestas podría ser la convocatoria de elecciones, que el dirigente nacionalista ya podrá activar a partir del 21D.