Cuatro muertos y 686 rescatados en una avalancha de más de 60 pateras

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Los cuerpos de los cuatro fallecidos y decenas de rescatados llegan al puerto de Tarifa
Los cuerpos de los cuatro fallecidos y decenas de rescatados llegan al puerto de Tarifa A.Carrasco Ragel

Las mafias redoblan las salidas desde Marruecos aprovechando el buen tiempo

16 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvamento Marítimo vivió ayer una de las jornadas más complicadas de los últimos años en las costas andaluzas. Las mafias aprovecharon la llegada del buen tiempo, tras semanas de temporales, para lanzar una auténtica oleada de pateras desde las costas de Marruecos. Solo en la zona del estrecho de Gibraltar los barcos del Ministerio de Fomento lograron rescatar a 686 personas que, a bordo de 62 pateras, pretendían ganar las costas gaditanas. La situación fue igualmente complicada en el Mediterráneo, donde los operativos trataron durante todo el día de localizar en el mar de Alborán, frente al litoral granadino, a otros 300 africanos que viajaban a bordo de seis embarcaciones.

Amplio dispositivo

El balance negativo de la operación en el Estrecho fueron las muertes. Salvamento recuperó los cadáveres de cuatro inmigrantes durante el despliegue para socorrer a la flotilla de barcas que desde las cuatro de la madrugada del viernes comenzaron a zarpar desde diversos puntos de Marruecos. Siete unidades marítimas de Salvamento Marítimo y el Helimer 202 estuvieron en servicio durante todo el día. La Cruz Roja y otras instituciones tuvieron que desplegar todos sus efectivos en diferentes puertos de Cádiz y particularmente en Tarifa. Allí arribaron la Salvamar Atria, con 71 inmigrantes a bordo, y la Salvamar Arcturus, con otros 83 inmigrantes y uno de los cadáveres.

A última hora de la tarde se localizaron otras cinco pateras más en las que viajaban 211 personas, en una de las jornadas más intensas en lo que va de año.

El Gobierno encarga un informe para buscar una alternativa a las concertinas

M. S. P.

El Gobierno busca ya una fórmula para quitar las concertinas de las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla sin dejar desprotegidos los perímetros. La ministra portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, anunció ayer que el Ministerio del Interior ya ha encargado un informe para buscar «otros métodos que garanticen la seguridad» en las fronteras sin que sean tan «cruentos» como las cuchillas que coronan las vallas desde el 2005.

Celaá afirmó que tras el anuncio el jueves de Fernando Grande-Marlaska de retirar las cuchillas que provocan tremendas heridas a los migrantes que tratan de superar el perímetro hay también la intención de hacer «una llamada» a Europa en el sentido de poner en valor la importancia de actuar en los países de tránsito. La nueva portavoz puso de relieve que las dos ciudades españolas en África son fronteras europeas y que debe ser la UE la que se implique.

Crisis de los cayucos

Celaá puso el ejemplo del éxito del Gobierno de Rodríguez Zapatero en el 2006 cuando logró frenar la denominada crisis de los cayucos reforzando la cooperación con los países de partida de las barcazas (fundamentalmente, Mauritania y Senegal) con destino al archipiélago canario. Según la portavoz, el Ejecutivo tiene la premisa de ligar la seguridad en las fronteras con el respeto a los derechos humanos. «Y este Gobierno va a primar los derechos humanos». «Vamos remover las concertinas sin perder la solidaridad y el respeto a los derechos humanos», insistió Celaá.

Los alambres de cuchillas se instalaron en primera instancia en el 2005 por decisión del Gobierno de Rodríguez Zapatero, tras los primeros saltos multitudinarios a los vallados. Al año siguiente, tras las críticas de numerosos colectivos, fueron retirados. El Ejecutivo de Mariano Rajoy volvió a coronar las vallas de ambas ciudades con las mismas concertinas en el 2013.

Entre las fuerzas de seguridad. el anuncio de retirar este sistema tuvo ayer una buena acogida. Tanto desde la Guardia Civil como desde la Policía Nacional se ha denunciado que es muy lesivo y no disuade del salto. Sin embargo, los responsables sindicales reclamaron que antes de quitar las concertinas se pongan en marcha «alternativas» fiables.