Sin embargo, la sentencia de la semana pasada de la Audiencia Nacional lo cambió todo. Poco a poco empezó a sumar apoyos y acabó por cerrar el sí del PNV al garantizarles que gobernaría con los Presupuestos que el PP logró aprobar la pasada semana a pesar de su rechazo. A los vascos les entró pánico de verse solos apoyando a Rajoy, pero sobre todo a una moción de censura justo posterior a esta con la que amenazaban Iglesias y Rivera con el objetivo de convocar elecciones inmediatas. El PNV no quiere ver a Ciudadanos mandando en Madrid bajo ningún concepto, y movidos por esta estrategia de cerrarles la puerta, tal y como admitió ayer en un comunicado, decidieron el sentido de su voto.
Sánchez se ha comprometido a dirigir un Gobierno con tres misiones fundamentales: regenerar las instituciones democráticas del país, impulsar una agenda social y, todavía sin haber determinado un plazo, llamar a los españoles a las urnas. Sin duda la tarea no se presenta sencilla, dada su debilidad parlamentaria y la diversidad de los compañeros de viaje.