Avalancha de inmigrantes menores que llegan a España sin acompañantes

álvaro soto MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Román Ríos | efe

Entraron 2.500 en el 2017, un 60 % más que el 2016, según Save the Children

22 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 17 años, en el 2006, Omar abandonó su pueblo en Senegal y se subió a una patera con rumbo a España. Llegó a Tenerife y allí acabó en un centro de menores que más bien parecía «un complejo militar», cuenta. Pasó dos meses sin saber qué iba a ser de él y entonces lo metieron en un avión a Madrid. Tuvo suerte: otros como él acabaron de vuelta en sus países. «A los jóvenes de mi pueblo que me preguntan si vale la pena venir en una patera a España les digo que no», afirma.

La historia de Omar sirvió a los responsables de Save the Children para poner cara a su informe Los más solos. Según sus datos, en el 2017 España registró 2.500 menores migrantes no acompañados, un 60 % más que el año anterior. El 90 % de ellos son varones, pero ese 10 % de mujeres es el más vulnerable porque suele sufrir abusos de todo tipo. La mayoría de los menores migrantes procede de Marruecos y Argelia, pero también del África subsahariana. Viven en Andalucía y Melilla (aunque también en el resto de las comunidades) y vinieron a España para «cumplir sus sueños», escapar de sus familias o para ayudarles económicamente, o para huir de países en guerra.

«Utilizan las rutas de los adultos, así que suelen ir mal acompañados; su viaje dura entre meses y años, de manera que pasan largas estancias en países de tránsito, donde son explotados, y si son subsaharianos, sufren discriminación en Argelia y Marruecos», denuncia el director de Save the Children, Andrés Conde.

Pero una vez en España, no acaban las penalidades. La directora de sensibilización de la oenegé, Ana Sánchez, subraya los obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes cuando llegan al país de acogida. «Primero, pueden sufrir una devolución en caliente. Después, son sometidos a pruebas de edad que no tienen el aval de la comunidad científica, que consisten, entre otras cosas, en la exploración de sus genitales, y que los expone a prolongadas detenciones». Y finalmente conseguir el permiso de residencia es un proceso tan complicado que muchas veces no es posible», explica Sánchez. «Nuestro país no está preparado para garantizar la integración», asevera.

Tras exponer estos datos, los responsables de Save the Children exigieron al Gobierno, entre otras medidas, una reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana que impida las devoluciones en caliente; una reforma del registro de menores extranjeros no acompañados; la creación de la figura de un asesor independiente y voluntario; la reforma de la ley del menor; y la concesión automática de autorización para trabajar cuando los adolescentes alcancen los 16 años de edad.