El PNV arranca la primera concesión al Gobierno para no vetar los Presupuestos

Paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Juan Carlos Hidalgo | Efe

Además de una subida de las pensiones, Rajoy le promete diálogo en Cataluña

26 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto de ley de Presupuestos elaborado por el Gobierno para el 2018 podrá seguir adelante gracias al PNV. Los nacionalistas vascos habían repetido hasta la saciedad que ni siquiera se sentarían a hablar con el Ejecutivo mientras Cataluña siguiera intervenida y las medidas aprobadas al amparo del artículo 155 de la Constitución estuvieran en vigor. No ha sido así. Hoy salvarán la tramitación de las cuentas, y lo harán a cambio de un tanto político que habría querido para sí cualquier partido de la oposición: el compromiso de Rajoy con una subida general de las pensiones y con una nueva etapa de diálogo en Cataluña

La noticia la anticipó al mediodía de este miércoles el portavoz parlamentario del Grupo Vasco, Aitor Esteban, después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, defendiera desde la tribuna del Congreso su propuesta. El PNV ya había dado muestras de que su negativa a negociar podía saltar por los aires cuando anunció la semana pasada que no presentaría una enmienda de devolución, como sí hicieron PSOE, Unidos Podemos, Esquerra, PDECat, Compromís y EH Bildu. Pero la confirmación de que el presidente del partido, Andoni Ortuzar, había celebrado un encuentro con Mariano Rajoy este martes para desencallar la situación terminó de confirmarlo.

El acuerdo alcanzado entre ambos implica una actualización de las pensiones vinculada al Indice de Precios de Consumo (IPC) tanto en el 2018 (un 1,6 %) como en el 2019. El Ejecutivo también ha accedido a retrasar hasta el 2023 la entrada en vigor del nuevo factor de sostenibilidad del sistema que se iba a poner en marcha en enero del 2019 y que implicaba un recorte de las nuevas prestaciones.

Son decisiones de enorme calado. Hasta ahora, pese a las manifestaciones multitudinarias en las calles y la presión de la oposición, el Gobierno argumentaba que referenciar las pensiones al IPC implicaría un gasto de más de 1.600 millones de euros, una suma imposible de encajar. Aún queda conocer de dónde saldrá ese dinero, pero nadie se atrevió a poner ayer un pero al pacto. Eso sí, todos los partidos aprovecharon para destacar que los argumentos habituales utilizados hasta ahora por el Gobierno eran una vulgar excusa y que en realidad lo único que hacía falta era voluntad política. La que ha forzado el PNV.

Compromisos pendientes

Políticamente, la maniobra es beneficiosa para ambas partes. Rajoy se ha allanado el camino para agotar la legislatura, aunque a lo largo de este mes tendrá que seguir negociando el apoyo a los Presupuestos en la votación final del 24 de mayo (la de hoy es solo el rechazo a las enmiendas a la totalidad). Además, ha neutralizado en cierto modo a Ciudadanos, que no podrá rentabilizar la jugosa cesión. «Este acuerdo demuestra que nunca se negociaron ni la política penitenciaria ni la ruptura de la caja única de la Seguridad Social», blandieron fuentes de la Moncloa en respuesta a las últimas amenazas de Albert Rivera.

El PNV, por su parte, gana tiempo para justificar su apoyo a unas cuentas que dan continuidad a los compromisos pendientes del acuerdo presupuestario del 2017 (entre ellos, el que afecta a la llegada del Tren de Alta Velocidad a las capitales vascas en el 2023), que aumentan en un 32 % la inversión territorializada prevista para el País Vasco en el 2018 y que incorporan la polémica mejora del Cupo pactada el pasado noviembre. Lo hace, además, de un modo difícil de recriminar por parte de sus adversarios, porque la de las pensiones es una causa nacional que en el País Vasco había prendido con especial fuerza.

Ahora queda esperar a la evolución de la crisis catalana. De aquí al 22 de mayo se sabrá si hay o no Gobierno en Cataluña y si, por tanto, las medidas del 155 se mantienen o se levantan. Esto último permitiría a los nacionalistas dar el sí definitivo a los Presupuestos. Y en ello anda Rajoy, que incluso está dispuesto a no recurrir la delegación del voto de Puigdemont y de Comín si con ello consigue que acabe formándose un Gobierno en Cataluña sin cargas judiciales de ningún tipo.