Podemos prefiere cocinar a Bescansa a fuego lento: «No vamos a tomar ningún tipo de acción»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID | LA VOZ

ESPAÑA

BENITO ORDOÑEZ

El futuro de la diputada gallega está sentenciado y solo es cuestión de tiempo, y las presiones desde los afines a Pablo Iglesias se acentúan para que abandone su escaño. Bescansa ha dicho hoy que no se le pasa por la cabeza dimitir

23 abr 2018 . Actualizado a las 14:47 h.

A fuego lento. Así es como espera cocinar Podemos a la diputada gallega Carolina Bescansa tras la filtración «por error» de un documento estratégico en el que supuestamente planeaba una alianza con Iñigo Errejón para desbancar a Pablo Iglesias del poder. «Lo hemos hablado, y no vamos a tomar ningún tipo de acción», dijo el secretario de Organización, Pablo Echenique, en la rueda de prensa tras la reunión de la ejecutiva de este lunes. «Todo el mundo ha visto lo que ha pasado».

De momento Podemos no ejecutará la salida inmediata de Bescansa, pero su futuro en el partido está escrito. Solo es cuestión de tiempo. En realidad está totalemente señalada ya desde mucho antes de que la pasada pasada se desatara la crisis de dicho documento.

Carolina Bescansa ha dicho hoy, en declaraciones a La Sexta, que no se le pasa por la cabeza dimitir. Ha asegurado que no hay ningún motivo para ello y que «sería un disparate».

La cofundadora gallega de Podemos cayó en desgracia hace algo más de un año, durante la encarnizada lucha por la dirección que mantuvieron Iglesias y Errejón en Vistalegre II. No se posicionó con ninguno y lamentó en público la brusquedad que había adquirido la disputa, denunciando que esa batalla de egos le estaba haciendo un flaco favor al partido. Iglesias acabó imponiéndose en la asamblea, y al día siguiente comenzó una depuración de todos los cargos afines a su rival para coparlos con gente de su confianza. El propio Errejón fue despojado de varias de sus atribuciones y desplazado en el Congreso en favor de la nueva portavoz, Irene Montero. El errejonismo replegó en una falsa paz que acabaría con la salida de su líder de la política nacional para convertirse en el candidato de la Comunidad de Madrid. El problema para Bescansa es que como no formaba parte de ninguna facción, solo se encontró con rechazo dentro del partido. Mientras los pablistas y los errejonistas hacían dos piñas independientes, ella se quedó sola.

Resulta imposible verla en el Congreso compartir un café, no digamos una comida, con algún diputado de su partido. Había quedado totalmente marcada. En realidad su sentencia la firmó cuando en pleno desafío secesionista en Cataluña manifestó unas palabras críticas con la dirección, destacando que le gustaría un Podemos que le hablase a todos los españoles, y no solo a los independentistas.

De inmediato fue censurada por Irene Montero, acusándola de deslealtad por airear los trapos sucios fuera de casa, y despojada de las últimas atribuciones que le quedaban. Dejaron de encargarle su famoso estudio sobre el CIS, aunque ella continuó elaborándolo y enviándolo a la dirección, en donde era despreciado. También fue relegada en alguna de las comisiones de las que formaba parte. Su sitio privilegiado en el Hemiciclo, desde el que la imagen de Pablo Iglesias cargando con su bebé dio la vuelta al mundo, ya lo había perdido unos meses antes.

Podemos no toma ninguna decisión, pero las presiones sobre Bescansa aumentan. Ayer mismo, Juan Carlos Monedero, el único de la vieja guardia del partido en el que sigue confiando Pablo Iglesias a pesar de que técnicamente ya no forma parte de Podemos y ejerce como altavoz de la línea oficial desde fuera del escenario, publicó un texto en este sentido: «El Congreso pierde una mala diputada y la Universidad gana una excelente profesora», dijo, en lo que constituye una clara invitación a dejar el escaño, a abandonar la política y recuperar su puesto de trabajo como docente. Cualquiera puede comprender este mensaje, pero alguien como Bescansa, que ha mamado y dado de mamar a Podemos, sabe a la perfección que este texto de Monedero jamás sería publicado sin el visto bueno de Pablo Iglesias.

De momento Bescansa continúa guardando silencio. Este lunes se limitó a publicar un tuit celebrando el día del libro con unas de las líneas más célebres de Cervantes: «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho».