Rajoy ya lo fía todo a sacar adelante los Presupuestos en una legislatura fallida

ESPAÑA

Marcial Guillén | Efe

Las grandes reformas (financiación, educación y Justicia) están cada vez más lejos

19 mar 2018 . Actualizado a las 07:40 h.

La legislatura ha cumplido 20 meses con un Gobierno a la defensiva, un Congreso bloqueado, protestas masivas de pensionistas y mujeres y los partidos inmersos ya en una larga precampaña. Las perspectivas de futuro son más de lo mismo. Las grandes reformas pendientes (financiación autonómica, educación y Justicia) están cada más lejos de concretarse y el presidente ya solo confía en aprobar los Presupuestos para llevar a término su mandato. 

presupuestos

Pendientes de Cataluña. El Gobierno aprobará el proyecto de ley de Presupuestos en un Consejo de Ministros extraordinario el próximo día 27. Incluirán una subida especial para las pensiones más bajas y las de viudedad, según aseguró ayer Rajoy. El presidente señaló que confía en que el mantenimiento del crecimiento económico y la creación de empleo permitirá subir «más y pronto» las pensiones frente a las «promesas falsas» de la oposición. 

Rajoy tomará la iniciativa pese a que no tiene un acuerdo cerrado con Ciudadanos y el PNV. Aunque Albert Rivera va a jugar sus cartas, es decir, a escenificar hasta el último minuto que arranca al Gobierno importantes concesiones, en la Moncloa nadie duda de que al final dará luz verde a las cuentas pública. No puede echar por tierra la imagen de partido responsable dispuesto a garantizar la estabilidad que se ha ido labrando.

Más complicado será que los nacionalistas vascos las apoyen, ya que han puesto como condición el fin de la aplicación del artículo 155 en Cataluña, lo que solo sucederá cuando se forme Gobierno. La actual situación de bloqueo provocada por la falta de acuerdo entre los independentistas complica el escenario. Una vez apartado Carles Puigdemont y constatada la imposibilidad de investir a su designado, Jordi Sànchez, el mejor situado para ser investido es Jordi Turull, también encausado pero que podría ejercer el cargo hasta su probable inhabilitación. Pero su investidura aún puede tardar, ya que Puigdemont quiere que se agoten todos los recursos legales antes de retirar la candidatura de Sànchez para prolongar la situación y tratar de seguir desgastando al Estado, aunque se mantenga la aplicación del 155. Paradójicamente, Rajoy depende para aprobar los Presupuestos de Turull, o más bien de que Puigdemont dé su visto bueno para que sea presidente. Siempre y cuando lo acepte la CUP, que ya ha dicho no al exdirigente de la ANC. Para Rajoy es vital, ya que despejaría el camino para acabar la legislatura y quién sabe si para volver a presentarse en las elecciones del 2020. En todo caso, si el 155 no decae, el Gobierno trataría de convencer al PNV de que no está en su mano levantarlo, sino en la de los independentistas. También confía en que los nacionalistas no quieran poner en riesgo las inversiones en el País Vasco que pactaron al apoyar los Presupuestos del 2017, que se repartieron en varios ejercicios. 

financiación autonómica

Sin propuestas. No hay abierta ninguna negociación ni el Gobierno ha puesto sobre la mesa ninguna propuesta. Rajoy dice estar dispuesto a negociar y juega con la necesidad perentoria de llegar a un acuerdo que manifiestan los barones socialistas para doblegar la resistencia de Pedro Sánchez a pactar con el PP en cualquier ámbito. O al menos, si no lo consigue, para desgastar al líder socialista y enfrentarlo a los presidentes socialistas. La vigente financiación autonómica se aprobó en el 2009 y está congelada desde el 2014. 

pacto educativo

Herido de muerte tras el boicot del PSOE. La retirada del PSOE de la subcomisión del Congreso que negocia el pacto educativo aleja la posibilidad de llegar al gran acuerdo sobre un asunto absolutamente clave que nunca ha sido posible en la democracia. Los socialistas justificaron su espantada por la negativa del PP a comprometerse a alcanzar una inversión del 5 % del PIB en el 2025. 

reforma de la justicia

Fracaso. Es otra de las grandes reformas pendientes que ha fracasado. En este caso fue Ciudadanos el que, en febrero, abandonó la subcomisión correspondiente del Congreso, acusando al PP y el PSOE de no querer la despolitización de la Justicia, en concreto, de su rechazo a cambiar el sistema para elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, un tema irrenunciable para el partido naranja. La subcomisión se cerró hace unos días. 

La izquierda se estanca, mientras Ciudadanos sigue comiéndole el terreno al PP

Mientras Ciudadanos sigue comiéndole terreno al PP y ambas formaciones luchan encarnizadamente por el espacio político de centroderecha, la izquierda se aleja cada vez más de la posibilidad de gobernar, según señalan todas las encuestas, que sitúan la suma del PSOE y Unidos Podemos a mucha distancia de la mayoría absoluta. Los socialistas se han estabilizado con Sánchez al frente, mientras la formación morada aparece anclada en un techo por debajo de los votos que logró en el 2016. En el horizonte están las elecciones autonómicas y municipales del 2019 y un posible adelanto de las generales, previstas para el 2020, si Rajoy no lograra aprobar los Presupuestos. El PSOE sigue dividido un año después de que Sánchez ganara las primarias a Susana Díaz, a pesar de que esta contó con el apoyo unánime de los líderes históricos y de los barones más importantes. Las heridas están lejos de restañarse.

En Podemos, la figura de Pablo Iglesias está cada vez más desgastada y es el líder peor valorado en las encuestas. Su victoria sobre el errejonismo en Vistalegre II apaciguó las aguas turbulentas en el partido, pero envió un mensaje de radicalización a la sociedad que lo está penalizando. Además, claro está, de su ambigüedad, cuando no abierta connivencia, con el independentismo en Cataluña. Sánchez e Iglesias se han distanciado mucho en los últimos tiempos, sobre todo por la insistencia del líder de Podemos en exigirle que lidere una moción de censura. En el PSOE contragolpean acusándole de haber permitido la continuidad de Rajoy al votar no a la investidura de Sánchez en el 2016.