«No estoy contento con mi partido», advierte el exministro socialista Solana

r. g. MADRID / COLPISA

ESPAÑA

J.J.Guillen | efe

Susana Díaz también planta a Sánchez en su escuela socialista

17 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El PSOE de Pedro Sánchez atraviesa un delicado momento interno en el que destacados líderes socialistas han rehusado participar en las jornadas del partido. Unas escaramuzas que evidencian la situación de la formación y así lo reconoció sin paños calientes el ex secretario general de la OTAN y exministro, Javier Solana. «No estoy contento con mi partido», señaló durante su conferencia Nuevo PSOE para una nueva Europa. «Siento tristeza cuando miro a España y a mi partido», añadió el que fuera uno de los más estrechos colaboradores de Felipe González, que se mostró crítico con la introversión política de la dirección que encabeza Sánchez, más preocupada, a su juicio, por el control orgánico del partido que por lanzar propuestas ilusionantes para la sociedad.

Con todo, Solana, como hizo Rodríguez Zapatero en la jornada inaugural, realizó un llamamiento a la unidad. El PSOE, dijo, «tiene que estar unido, pensando en el futuro, comprometido con la sociedad en lo pequeño y en lo grande». De lo contrario, advirtió, acabará «dilapidando» su capital político.

Era la última que faltaba y Susana Díaz plantó a Pedro Sánchez en la Escuela de Buen Gobierno, un encuentro en el que el secretario general del PSOE pretendía que se visualizara que «la unidad [en el partido] está recompuesta». A tenor de las ausencias, el armisticio entre los socialistas está aún lejano. El enfrentamiento no es descarnado, como en las primarias del año pasado, pero persiste.

Excusas

Sánchez anunció el pasado 20 de febrero que «todos» los exlíderes del partido estarían en estas jornadas que se celebran desde el jueves hasta mañana en Madrid. Citó, además, por su nombre a Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. Al final, solo ha participado Zapatero en la jornada inaugural. González alegó un compromiso en Portugal y Rubalcaba, muy alejado de Sánchez, se excusó sin más. Estaban invitados también los barones territoriales a dar conferencias o participar en mesas redondas, pero Ximo Puig tampoco asistirá porque «es imposible» dejar Valencia en Fallas, y el asturiano Javier Fernández dejará su silla vacía porque no apreciaba espíritu unitario en las decisiones de Sánchez.

La presidenta de la Junta de Andalucía mantuvo el suspense hasta ayer aunque su ausencia estaba casi cantada. Durante una visita a Jaén, anunció que no iría a Madrid porque tenía tareas en Andalucía. «Como más ayudo al PSOE es haciendo mi trabajo», comentó la gran derrotada por Sánchez en las primarias. «Ellos lo van a hacer bien en su escuela» y ese trabajo «nos va a servir a todos», apostilló.

Una muestra más de que la unidad en el PSOE, por más que el secretario general y los miembros de la ejecutiva la pregonen, está verde.