JxCat desoye la petición de ERC y mantiene la candidatura de Sànchez

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ESPAÑA

ERIC VIDAL | Reuters

El grupo parlamentario se reúne en Bruselas y mantiene el bloqueo político catalán

15 mar 2018 . Actualizado a las 07:18 h.

Tercera visita a Bruselas en tres meses y tercer fracaso. Los diputados de Junts per Catalunya se vuelven a España como llegaron: sin una alternativa de gobierno para desbloquear las negociaciones con sus socios independentistas. Cataluña lleva tres meses a la espera de que JxCat, ERC y la CUP se pongan de acuerdo para investir un presidente, sin éxito. La última prueba de impotencia y terquedad tuvo lugar ayer en el hotel Marivaux de la capital comunitaria. Tras una mañana de negociaciones a puerta cerrada entre los diputados y el expresidente Carles Puigdemont, el portavoz de su grupo parlamentario, Eduard Pujol, compareció en público para valorar el encuentro. Lo hizo en el escenario más apropiado para la cita: Una pequeña sala de cine. «¿Qué película nos contará ahora?», se oyó decir entre los asistentes. Y es que, como la última vez que recalaron en la capital belga, lo único que se pudo constatar es que el proceso sigue encallado y el bloque independentista, dividido.

«Estamos a tiempo y en forma para garantizar la investidura de Jordi Sànchez [...]. No se ha planteado ningún otro nombre que no sea el suyo», arrancó el catalán, dejando claro que la vía preferida por Puigdemont, la de continuar con la confrontación con el Estado español, sigue imponiéndose dentro de la formación. A pesar de que el Tribunal Constitucional echó por tierra cualquier opción de investir al expresidente de ANC mientras siga preso, JxCat insiste en que es su candidato, para desesperación de ERC, que quiere un presidente y un Gobierno «efectivos» en Cataluña para levantar cuanto antes el 155. Eso pasaría por presentar otro aspirante sin cargas judiciales. La opción de Jordi Turull todavía sobrevuela en el pensamiento de muchos, menos en el de los cuatro diputados de la CUP, Puigdemont y Antoni Comín. Los seis son indispensables para lograr investir en primera vuelta un presidente.

Elecciones

La CUP ha dejado claro que no facilitará el acceso a la Generalitat a un candidato que no se comprometa al cien por cien con la formación de una república catalana. Y he aquí el embudo que apunta en una única dirección: o Puigdemont y Comín renuncian a su escaño para echar por tierra el bloqueo de los anticapitalistas o Cataluña se precipitará a unas nuevas elecciones. Tanto un supuesto como el otro fueron descartados ayer por Pujol: «No queremos elecciones, cerramos la puerta a ese escenario porque estamos seguros de que habrá Gobierno», insistió antes de zanjar con un rotundo «no» la discusión sobre la posible renuncia de Puigdemont y Comín a sus escaños.

El rompecabezas no encaja. Pujol fue incapaz ayer de trazar y explicar un plan para salir del bloqueo. No solo eso. Descartó cambiar la hoja de ruta independentista para acercar posturas con ERC: «Somos los únicos que podemos garantizar la república y el Gobierno», aseguró antes de admitir que se sienten «legitimados» para lanzar la pelota al tejado de sus socios: «Hacemos una llamada a la responsabilidades para seguir adelante».

Ni un ápice de autocrítica. Es más, ante las acusaciones por la incapacidad de los independentistas para formar Gobierno, el portavoz de JxCat se sacudió cualquier culpa y apuntó con el dedo al Gobierno español: «No nos hacemos responsables del no ejercicio de la presidencia de Carles Puigdemont. El único actor político que ha alterado la voluntad de los catalanes ha sido el club del 155». También aprovechó la ocasión para arremeter contra Mariano Rajoy: «Algún día tendrá que pedir perdón por lo que le han hecho a Cataluña», dijo sobre la negativa del Gobierno a acceder al chantaje de los independentistas.

El Constitucional falla que la Mesa de la Cámara catalana vulneró los derechos de los diputados

El 6 y el 7 de septiembre del año pasado, dos de los días clave del proceso soberanista, en los que el Parlamento catalán aprobó las leyes del referendo y la de transitoriedad jurídica, no solo hicieron saltar por los aires la Constitución y el Estatuto de autonomía, sino que además en la tramitación parlamentaria de esas dos normas se vulneraron los derechos de los diputados. El Tribunal Constitucional, que ya anuló en su día la ley que pretendía dar cobertura legal a la consulta del 1-O y la que sentaba las bases del nuevo Estado, concluye ahora, casi seis meses después, que las citadas normas de ruptura no se tramitaron debidamente.

En concreto, los magistrados del Constitucional consideran, en una decisión adoptada por unanimidad, que el Parlamento autonómico vulneró los derechos de los parlamentarios a ejercer su función representativa y los de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos, al rechazar la petición que hizo el grupo del PSC de llevar la ley de transitoriedad al Consejo de Garantías Estatutarias antes de su aprobación en el polémico pleno de septiembre. Y, por tanto, el alto tribunal declara inconstitucionales y nulos los acuerdos adoptados por la Mesa de la Cámara catalana cuando rechazó la petición del Grupo Socialista de recabar el dictamen del Consejo de Garantías.

Según el tribunal, eliminar de la tramitación de una norma la solicitud de informe al organismo autonómico que vela por la constitucionalidad de las leyes afecta al núcleo esencial de la función parlamentaria. Las leyes del referendo y la de transitoriedad fueron aprobadas sin permitir a la oposición acudir al Consejo de Garantías y en medio de una sonora bronca en el Parlamento de Cataluña.

Puigdemont acudirá el domingo a un debate en Suiza sobre autodeterminación

Puigdemont hará el domingo su segundo viaje fuera de Bélgica desde que se fugó a Bruselas. Acudirá a la localidad suiza de Ginebra para participar en un debate sobre la autodeterminación que se celebrará en el marco del Festival de Cine y Foro Internacional de los Derechos Humanos. El Gobierno criticó ayer la falta de transparencia del festival, ya que solo ayer invitó apresuradamente al Ejecutivo, que reclamaba la presencia en el debate de visiones alternativas a la del expresidente catalán. Suiza destacó que la visita de Puigdemont es simplemente un viaje privado.