Los antisistema fuerzan al expresidente y a Comín a renunciar

M. C. C. REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Andreu Dalmau | EFE

El exlíder de la ANC tiene escasas posibilidades aritméticas de ser candidato a president

04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La CUP ha vuelto a complicar más el endemoniado tablero que es la política catalana. La investidura de Jordi Sánchez, ya de por si complicadísima por su situación judicial, es desde ayer casi imposible desde un punto de vista aritmético. Y curiosamente, las pocas posibilidades de que los números den están en la mano de Puigdemont y Comín, dos huidos en Bruselas. Sànchez, sin contar con los apoyos de los cuatro diputados de la CUP, no tiene los apoyos necesarios para salir elegido.

Con las cifras sobre la mesa y si se mantienen las posiciones del Tribunal Constitucional sobre la delegación del voto, se impondría una única solución: que Carles Puigdemont y Toni Comín renunciaran a sus escaños.

JxCat, ERC y la CUP cuentan con 70 de los 135 escaños de la Cámara. Tendrían la mayoría absoluta. El bloque no independentista, formado por Ciudadanos, PSC, Comúns y PP suman 65 actas. El anuncio de la abstención de la CUP en una hipotética votación provoca que los independentistas tengan 66 actas sobre el papel, siempre que JxCat y ERC dejen de jugar al gato y al ratón sobre la candidatura de Sànchez, que no está clara para ERC, que sigue sin aclarar su postura. El viernes los republicanos ponían el nombre de Junqueras sobre la mesa y ayer matizaron que no se oponían a Sànchez. Pero aún así, las cifras no salen. El juez Llarena ha impedido a los dos parlamentarios fugados en Suiza, Puigdemont y Comín, votar a distancia, por lo que el bloque JxCat-ERC se queda en 64 escaños, perdiendo la mayoría simple en el hemiciclo.

Podría darse el caso que los Comunes se abstuvieran, lo que daría la mayoría al bloque JxCat-ERC. Pero los de Xavier Domènech ya han adelantado que no están dispuestos a facilitar la investidura de cualquier candidato que proponga Puigdemont. De confirmarse pues, los independentistas perderían la votación y Sànchez no podría optar a ser el candidato.

La sombra electoral

La única posibilidad para el exlíder de la ANC de llegar con vida a una hipotética segunda votación sería que Carles Puigdemont y Antoni Comín renunciasen a su acta de diputado y cediesen su escaño, algo que se antoja bastante difícil de ver.

Puigdemont sigue disfrutando de su exilio en Bruselas, pero sin querer quedar relegado a un papel secundario. Renunció el jueves a ser candidato pero advirtió que lo hacía de forma «temporal» porque sigue empeñado en ser el elegido por el secesionismo a presidir la Generalitat, a pesar de su condición de huido. Lo que pueda pasar es una incógnita. Turull y Artadi son otras opciones de JxCat, siempre que ERC las acepte. Tampoco son descartables unas nuevas elecciones.