Se convirtió en un personaje archiconocido en todo el país por unas declaraciones en las que defendía que, de tener hijos, querría que se criaran «en grupo, en común»
19 feb 2018 . Actualizado a las 08:49 h.Aunque su carrera política ya tenía recorrido (inició su militancia con 16 años en la Plataforma Antifascista, estuvo afiliada a la CGT y, entre otras cosas, era diputada de la CUP en el Parlamento catalán desde el 2015), fue en la primavera del 2016 cuando Anna Gabriel Sabaté (Sallent de Llobregat, Barcelona, 1975) se convirtió en un personaje archiconocido en todo el país por unas declaraciones en las que defendía que, de tener hijos, querría que se criaran «en grupo, en común». «Que eduque la tribu» y no una unidad familiar convencional.
Sin embargo, Anna Gabriel, educadora social y licenciada en Derecho, ha destacado a su familia como la base de sus valores y ha hecho encendidas defensas de sus ideas políticas en la tribuna del Parlamento tirando -orgullosa- de su propia historia familiar. Hija de minero onubense, emigrado a Sallent, su abuelo y su bisabuelo ya fueron militantes de la CNT, mientras que su madre, catalana pero de raíces murcianas, militó en el PSUC.
Por razones ideológicas, en su casa nunca se celebró la Navidad y cuenta que su bisabuelo llegó a quemar dinero en la plaza del pueblo en un acto libertario. Ella y su hermano son, sin embargo, los primeros independentistas de la familia.
Amiga de los lemas, que exhibe en sus camisetas -seña de identidad-, afirma que en la ficción prefiere a los antihéroes, mientras que sus héroes en la vida real son «quienes no son considerados así, a pesar de su heroicidad cotidiana». Ahora, con su escapada suiza recuerda a Puigdemont, héroe o villano a conveniencia.
