El secesionismo baja el tono para salvar el control de la Mesa del Parlamento

Cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

ALBERT GEA | Reuters

El nuevo presidente de la Cámara obvia la independencia en un discurso moderado

18 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cataluña recuperó ayer una cierta normalidad institucional con la constitución de la Cámara catalana, la elección del nuevo presidente del Parlamento autonómico y la votación de la Mesa. Las fuerzas secesionistas revalidaron la mayoría absoluta el 21D y ayer empezaron a aplicar el resultado: eligieron a Roger Torrent (Esquerra) como nuevo presidente del Parlamento autonómico, con los votos de Junts per Catalunya, ERC y la CUP, y conformaron una Mesa con mayoría secesionista, como hasta ahora, lo que les da vía libre para hacer y deshacer a su antojo.

Junts per Catalunya y Esquerra cumplieron ayer la primera parte del acuerdo suscrito el día anterior, que les permite controlar los órganos de gobierno del Parlamento para afrontar la parte complicada del pacto, que consiste en investir a Carles Puigdemont, extremo que a día de hoy nadie sabe cómo se podrá hacer. Aunque esa será otra batalla, pues aunque Junts per Catalunya da por hecho que los republicanos darán apoyo a la elección telemática del presidente de la Generalitat, en ERC insisten en que lo que es imprescindible es que haya un Gobierno.

Aún saltarán chispas hasta el día de la investidura. En parte, porque el republicano Roger Torrent, tras ser elegido nuevo presidente de la Cámara, no dio demasiadas pistas sobre cuáles son sus intenciones respecto a la elección presidencial. Se estrenó afirmando que defenderá la voz de todos los diputados, especialmente la de los que no están. Y en un mensaje dirigido a JxCat y ERC, que trasladarán toda la presión a la Mesa, aseguró que «corresponde a los grupos fijar la agenda y el rumbo de los próximos años». Torrent priorizó, no obstante, la vuelta a la normalidad: «Conjurémonos todos para recuperar las instituciones». Arremetió contra el 155 y recordó a los políticos presos, pero advirtió que hará de la «democracia y la convivencia los pilares» de su mandato.

Lo que se vivió ayer en la Cámara catalana fue una especie de mundo al revés. La duodécima legislatura catalana comenzó de una manera muy distinta a la anterior: con buena parte de los grupos de la oposición destacando el tono de un independentista como Torrent. Quizá solo se trate de un espejismo ante la tormenta que puede caer de aquí a diez días con la investidura de Puigdemont, pero sí fue una novedad que el PP, el PSC o los comunes pusieran el acento en la moderación del discurso de Torrent, mientras la CUP montó en cólera ante lo que a su juicio fue una alocución de perfil autonomista.

Gestos de distensión

Torrent obvió el 1-O y el 27-O, ignoró la república y pronunció términos que Forcadell pasaba por alto, como convivencia, respeto, diálogo y entendimiento. «Este tono rompe con la línea anterior», apuntó el PP. Así, mientras Forcadell se estrenó proclamando un «viva la república», Torrent acabó con un «viva Cataluña».

Hubo gestos de distensión por un lado y otro, pero el independentismo escenificó que tiene intención de seguir haciendo lecturas muy laxas del reglamento, aunque en esta ocasión evitó desenterrar el hacha de guerra antes de tiempo. Ante la votación del presidente del Parlamento, el secesionismo tenía un dilema con los ocho diputados que tiene en prisión y en Bruselas: forzar el reglamento o hacerlo solo a medias. Teniendo en cuenta que la votación estaba cantada, porque los comunes no tenían previsto apoyar al candidato de C’s, al final Junts per Catalunya y ERC optaron por pedir la delegación de voto únicamente para los tres parlamentarios que están presos (Junqueras, Forn y Sànchez). Invocaron la «incapacidad prolongada» que contempla el reglamento y la Mesa de Edad, presidida por un muy radical Ernest Maragall, dio el visto bueno. C’s y PP criticaron la decisión, mientras que el PSC la avaló, lo que marca un cambio de tendencia en el frente constitucionalista. A pesar de renunciar a los cinco votos de Bruselas (que el secesionismo sí reclamará para la investidura), Torrent obtuvo 65 votos, por 56 de su rival de C’s, José María Espejo, que ni con los ocho de los comunes habría ganado, porque hubo nueve votos en blanco, uno no identificado.

C’s: «Empezamos como acabó la anterior legislatura»

M. E. A.

El camino de Roger Torrent como presidente del Parlamento de Cataluña arrancó con duras críticas de Ciudadanos. «Empezamos esta legislatura como vimos acabar la anterior. La Mesa y el nuevo presidente de la Cámara que trabajan por y para la independencia», lamentó su líder, Inés Arrimadas. El tono conciliador del diputado de Esquerra Republicana no convenció en la bancada naranja. «No tenemos ninguna esperanza en encontrar en el señor Torrent una persona del todo imparcial», sostuvo.

En las filas naranjas tienen claro que el dirigente republicano no va a marcar distancias con su predecesora en el cargo, Carme Forcadell, y «trabajará» e «interpretará» el reglamento a favor de la mayoría secesionista. Pero advierten que, si los independentistas no se salieron con la suya en la anterior legislatura, «menos aún lo van a hacer cuando tienen menos apoyos, menos escaños y ningún apoyo internacional». El único respaldo que han tenido hasta ahora viene desde el partido que lidera Xavier Domènech, que ayer votó en blanco facilitando el guion soberanista y a quien Arrimadas acusó ayer de convertirse en el mejor «chollo» para el secesionismo. «Les permiten que el Parlament sea su cortijo», se quejó.

La jefa de filas de Ciudadanos criticó también el marcado tono político de la sesión constitutiva del Parlamento. «Hemos asistido a un mitin de Esquerra Republicana», denunció en relación al discurso de Ernest Maragall, que aprovechó su condición de presidente provisional para cargar contra el Estado, las instituciones y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Arrimadas reprochó al diputado republicano un alegato partidista y una interpretación del reglamento «retorcida». La formación liberal ha registrado por escrito una reclamación por la delegación de voto de los tres diputados electos de ERC y de Junts per Catalunya en prisión, Junqueras, Sànchez y Forn.