Arrimadas: «La mayoría social se siente catalana, española y europea»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

PAU BARRENA | AFP

Ciudadanos atribuye el resultado secesionista al fracaso de los otros partidos constitucionalistas

22 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Emocionada, satisfecha y casi sin voz. Inés Arrimadas habló ayer a su gente en un escenario que se colocó en la plaza de España, todo un símbolo para un partido que, como recordó su candidata, «nació hace once años, advirtiendo de que muchas de las cosas que se producen en Cataluña se iban a producir» y que entonces había conseguido tres escaños, «algo impensable». No había sombra de tristeza en su rostro, a pesar de que haber batido todas las previsiones, conseguir 160.000 votos más que la siguiente fuerza política y convertirse en la primera política no nacionalista que gana unas elecciones autonómicas en Cataluña no le va a permitir presidir la Generalitat. Pero ella arengaba a sus seguidores: «Que nadie se quede en casa sin celebrar la victoria del partido naranja», decía, mientras su voz se ahogaba entre gritos de «¡Presidenta, presidenta!» de un grupo cada vez más animado.

Lo cierto es que las cifras de Ciudadanos en estas elecciones han sido espectaculares: 1,1 millones de votos «valientes -decía Arrimadas- que han lanzado un mensaje al mundo, y es que la mayoría social en Cataluña se siente catalana, española y europea». Ciudadanos ha crecido con respecto a hace dos años más de un 41 %, que se ha traducido en doce escaños, muy por encima de lo que las encuestas les daban (la mayoría sobre 32, cuando finalmente obtuvieron 37). Por cierto, el último de estos escaños les llegó en pleno discurso de la líder, que compartió el momento con sus votantes. Hora y media antes hubo otra explosión de júbilo en el partido naranja, cuando Junts per Catalunya perdía un escaño en Gerona e iba a caer a su cuenta. Y eso, como se encargó de apuntar Arrimadas, con una «ley electoral injusta que da más escaños a quien tiene menos votos».

La fiesta de Ciudadanos se completó con la presencia de su presidente nacional, Albert Rivera, también pletórico, aunque hizo mención a los malos resultados de las restantes fuerzas constitucionalistas: «Nosotros hemos hecho lo que os prometimos, ganar, pero no podemos decidir por los demás, por los que han bajado». Ciudadanos ha absorbido todo el voto no nacionalista, en detrimento de los otros partidos con los que compartía bloque: socialistas y populares. La caída de escaños del PP (de diez a tres) es lo que imposibilitará gobernar a Arrimadas, además del traspié de Iceta, que, aunque ganó un diputado, quedó muy lejos de sus expectativas. 

Un día de símbolos

El día comenzó para Arrimadas como una metáfora de lo que finalmente sería: cuando acudió a votar por la mañana al colegio Ausiàs March, en el acomodado barrio de Les Corts barcelonés, se encontró con aplausos y abucheos; no es normal que un candidato tenga que enfrentarse a pitidos cuando ejerce su derecho al voto, pero en estas elecciones ha habido muy pocas cosas normales.

A la hora del escrutinio, especialmente lento, Ciudadanos mostró una posición excelente desde el primer momento, cuando el recuento se hacía en pueblos de fuerte presencia nacionalista. Eso hacía prever que la llegada de los votos de Barcelona y su cinturón industrial iba a aupar a los constitucionalistas por encima de los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta; Ciudadanos hasta ganó en Sant Vicençs dels Horts, el pueblo de Oriol Junqueras. Pero la fase final del escrutinio fue algo decepcionante y pareció ensombrecer un resultado histórico y simbólico.

Excelente resultado, pero insuficiente para gobernar

Las posibilidades de que Cataluña esté gobernada por Inés Arrimadas son casi nulas. A pesar de ser la fuerza más votada, la primera vez que lo es un partido claramente alejado del nacionalismo, la formación naranja no tiene suficientes apoyos para aupar a la presidencia a su líder.

Con un escrutinio provisional superior al 99 %, lo que sí indican los datos es que el crecimiento del equipo de Arrimadas en todo el territorio catalán ha sido sostenido: crece casi 8 puntos en Tarragona y Barcelona, que es algo más del 41 y el 40 %, respectivamente, con respecto a lo obtenido en el 2015; en Lérida sube 5,4 puntos, y eso es un 46 % más; finalmente, en Gerona, feudo nacionalista y hogar de Puigdemont, creció 7 puntos, y eso supone casi un 55 % de aumento. En escaños, suma un puesto en Lérida y Tarragona, 2 en Gerona y 8 en Barcelona. Ganaron, según dijo la propia Arrimadas en su discurso, en las diez principales ciudades catalanas. 

El éxito de una jerezana

Haber conseguido ser la fuerza más votada en Cataluña es un hito histórico explicado por la movilización de miles de catalanes silenciosos ante los excesos del soberanismo.

Hay que tener en cuenta que Inés Arrimadas ni siquiera es catalana, sino andaluza de nacimiento y educación, y cuando se fue a vivir a Barcelona tenía unos 27 años. En dos años ya tenía el título de nivel avanzado del idioma catalán y siempre se ha sorprendido, precisamente, de la sorpresa que causaba su integración y dominio del idioma. «No vengo de Laponia», decía, para recordar que en el día a día Barcelona no es tan diferente de Sevilla.