Sánchez, que elude los indultos y la deuda, ve a Iceta ganador

Francisco Balado Fontenla
fran balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Robin Townsend | EFE

Cree que su candidato es el único garante de la reconciliación

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez se volcó ayer en Cataluña participando en más actos que en todo lo que va de campaña. Al fin y al cabo es uno de los grandes responsables del 155, algo que no casaba muy bien con la intención del PSC de buscar el voto de los nacionalistas no independentistas, por lo que el secretario general mantuvo un perfil bajo, dejando mucha autonomía a la rama de su partido en Cataluña y cediendo el primer plano a su primer secretario, Miquel Iceta, con quien además mantiene una gran sintonía.

Se comprobó ayer en el multitudinario mitin de Gerona con el que abrió la jornada, en donde Sánchez presentó a su candidato como el garante de «la reconciliación» del pueblo catalán. Eso sí, pasó de puntillas por su última gran propuesta: el indulto a los líderes independentistas que están siendo investigados en el Tribunal Supremo. Esta idea levantó una gran polvareda entre los barones territoriales, no encontró apoyo en Ferraz y motivó que el exministro Josep Borrell, el socialista de moda por sus aplaudidos discursos contra el secesionismo, le enmendara la plana diciendo que antes de empezar a hablar de cerrar heridas es necesario desinfectarlas. Iceta admitió que se había colado y bajó un par de tonos. En la entrevista publicada ayer en La Voz habla del indulto como «una propuesta que quizá sea conveniente contemplar». Lo más próximo que estuvo Sánchez de tratar este asunto sobre el escenario del Palau de Congresos de Gerona fue cuando aseguró que «habrá que restaurar heridas», y que su partido era el indicado. «Con Iceta de presidente, entre todos los catalanes construiréis una Cataluña de todos y para todos». Sánchez también evitó pronunciarse sobre la quita de la deuda a Cataluña, la otra gran propuesta de Iceta de esta campaña, y se limitó a decir que apoyaba la reforma de la financiación autonómica, que está encallada a la espera de que se aclare el panorama político catalán.

Ataques contra todos

El secretario general dedicó buena parte de su intervención a alabar la campaña de guante blanco que está realizando su candidato. «Te agradezco de corazón la campaña que estás haciendo, que no va contra nadie, sino a favor de la concordia y la convivencia», dijo. Pero sorprendió tan solo unos instantes después cuando fue el propio Sánchez el que se dedicó a lanzar ataques contra todas las formaciones que concurren a los comicios de este jueves 21 de diciembre.

Cargó contra Ciudadanos, al que ya se refiere de forma habitual como «la media naranja del PP», y contra su presidente, Albert Rivera, a quien pidió «un poco de respeto» tras haber equiparado votar al PSC con tirar el voto a la basura. Por supuesto, cargó contra Rajoy. Según Sánchez, el presidente del Gobierno es alguien que «no tiene nada que decir, porque nunca tiene nada que decir», aprovechando para vender a los socialistas «como la mejor alternativa al PP, como siempre ha sido». Además de contra sus compañeros de 155, Sánchez también dedicó críticas a Podemos y a sus aliados, los comunes de Ada Colau, acusándolos de ambiguos y afeándoles que hubieran quebrado el pacto de Gobierno que mantenían con el PSC en Barcelona hasta hace un par de semanas: «Tantos meses guardando el equilibrio y resulta que se caen del lado equivocado, el del independentismo». Por último, tampoco se olvidó de los secesionistas, a quienes señaló como los grandes culpables de la situación: «Querían romper con España y han acabado rompiendo Cataluña», dijo.

Tras el mitin de Gerona, Sánchez completó su exigente jornada de ayer con una comida en Tarrasa y otro acto con las juventudes del partido en Barcelona, confiando en que Iceta logrará superar las encuestas y convertirse en el candidato más votado.