El PIB de Cataluña crecerá la mitad tras el desafío secesionista, según las previsiones del Gobierno

j. m. camarero / d. valera MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Chema Moya

De Guindos califica el efecto de «desaceleración importante»

18 dic 2017 . Actualizado a las 14:00 h.

Las secuelas del conflicto catalán van a tener un fiel reflejo en la evolución económica de la comunidad autónoma en este último tramo del año en el que la evolución de su PIB se reducirá «a la mitad» de lo que lo venía haciendo durante el 2017, según apuntó ayer el ministro de Economía, Luis de Guindos. Confirmó que, con los indicadores adelantados que maneja el Gobierno, relativos a datos de consumo, empleo e inversión, entre otros, Cataluña crecerá entre un 0,4 % y un 0,5 % en este último trimestre, frente al 0,9 % de los períodos anteriores. «Se ha producido una desaceleración importante», admitió el ministro para alertar de las consecuencias económicas del proceso que se intensificó el 1-O con la celebración del referendo.

Lo hace en un ejercicio en el que el avance del conjunto de España en términos trimestrales se ha mantenido en torno al 0,8 %. Además, desde octubre hasta diciembre los datos indican que la evolución «también es muy similar». Y ello «a pesar del problema catalán», apuntó el ministro, para quien este conflicto «no ha tenido impacto en el resto de España», aun cuando esa comunidad representa un 20 % del PIB.

En cualquier caso, el miembro del Ejecutivo mostró su confianza en que Cataluña volverá a ser un «motor» de la economía española y registrará un crecimiento por encima de la media, contribuyendo de nuevo al avance de la riqueza nacional. Así lo indicó, a la espera de que se conozcan los resultados del 21D, con lo que aspira a que se disipen muchas de las dudas económicas, financieras y empresariales que ha dejado el proceso secesionista. «Confío en la madurez y en la sensatez de la sociedad catalana», indicó. «La próxima semana tendremos un resultado que reflejará que las verdades son superiores a las mentiras», afirmó.

La cuestión catalana es uno de los pocos baches con los que se puede encontrar España en su evolución económica. El brexit es el otro gran temor que se cierne junto a una inevitable subida de tipos en la zona euro. Pero desde el exterior siguen llegando «vientos de cola», según De Guindos, como el precio del dinero al 0 %, la moderación de los costes del petróleo o el auge de la economía mundial. Las previsiones del Ministerio de Economía pasan por que, a pesar de la contracción provocada por Cataluña, España «volverá a la normalidad» a principios de año para «mantener esta velocidad de crucero» con la que crecerá entre un 2,5 % y un 3 %, de media, en los dos o tres próximos años.

Cálculos del Banco de España

También el Banco de España (BdE) revisó ayer a la baja las previsiones macroeconómicas para los dos próximos ejercicios por el impacto de la incertidumbre en Cataluña. El organismo que dirige Luis María Linde adelantó que el PIB avanzará un 3,1 % este año, pero recortó una décima la estimación del 2018, hasta el 2,4 %. Pese a ello, la previsión del supervisor es más optimista que la del Gobierno (2,3 %). El BdE también redujo una décima la valoración para el 2019 hasta el 2,1 %, la misma que para el 2020. El organismo señala que los «efectos negativos» de la incertidumbre por Cataluña serán compensados parcialmente por la mejora de las exportaciones.

Por otra parte, la dependencia financiera de Cataluña con España sigue aumentando hasta situar la deuda pública con el Estado en el 70 %. La administración central posee 53.005 millones del pasivo catalán debido a las inyecciones de los diversos mecanismos de financiación extraordinarios, como el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) o el plan de pago a proveedores.