Rodrigo Lanza se ensañó con la víctima ya moribunda propinándole puñetazos y patadas

EFE

ESPAÑA

La jueza ha decretado el ingreso en prisión provisional para el joven antisistema tras la muerte de Víctor Laínez

15 dic 2017 . Actualizado a las 13:12 h.

La jueza ha decretado el ingreso en prisión provisional del joven antisistema Rodrigo Lanza Huidobro, acusado de la muerte de Víctor Laínez tras una discusión que comenzó porque la víctima llevaba unos tirantes con los colores de la bandera de España. Según han informado fuentes judiciales, la instructora ha tomado la decisión de enviar a prisión al detenido a la vista del atestado policial y de las peticiones formuladas por la fiscalía y el representante de la familia de la víctima, el letrado zaragozano Juan Carlos Macarrón.

Su versión contrasta con la aportada a la causa por testigos presenciales y por el resultado de la autopsia, que achaca la muerte de la víctima a un ataque sorpresivo y por la espalda. El atestado sobre el que ha versado el interrogatorio de las acusaciones señala que durante la madrugada del pasado viernes, el detenido se acercó a su víctima al ver que portaba unos tirantes con los colores de la bandera española y le llamó «facha» y «fascista».

Posteriormente, para no continuar con la discusión, Laínez le dio la espalda al detenido para marcharse, momento en el que recibió un fuerte golpe en la nunca con una barra de hierro, según el testimonio de clientes del establecimiento. Una vez en el suelo, recoge el atestado, el acusado, que estaba en compañía de otras dos personas, se abalanzó sobre su víctima ya moribunda, se ensañó y le propinó varios puñetazos y patadas en el rostro.

La familia de Rodrigo Lanza dice que la víctima lo amenazó con una navaja

La familia y amigos de Rodrigo Lanza han denunciado en un comunicado distribuido desde el perfil de Twitter de su madre, Mariana Huidobro, que la víctima lo amenazó con una navaja antes de que se produjera la agresión que desencadenó en su muerte. «Rodrigo se giró y vio a Láinez con una navaja en alto, le dio una patada para evitar la puñalada pero como Víctor Láinez no se detuvo, Rodrigo decidió darle con el puño», explica el comunicado que recoge el testimonio del propio Lanza y sus acompañantes.

En el comunicado también se hace referencia a los momentos previos a la agresión en el bar, aduciendo que Láinez le preguntó a Lanza su nacionalidad, a lo que él le contestó que era chileno, por lo que, según la versión de la familia, recibió insultos como «sudaka de mierda». Asimismo, en el documento se esgrime que durante la estancia en el establecimiento, Rodrigo Lanza tuvo «miedo porque les pareció que Víctor Láinez estaba avisando desde su teléfono móvil a otras personas». Por otro lado, se afirma que Láinez portaba «una chaqueta negra cerrada», por lo que Lanza no pudo ver, en ningún momento, «si llevaba o no tirantes con la bandera de España». Con el comunicado la familia y amigos quieren denunciar «las innumerables presiones y amenazas» que han recibido y la vulneración de «la intimidad y presunción de inocencia» de los acusados.

Rodrigo Lanza, el «héroe» reincidente de «Ciutat Morta»

Rodrigo Lanza fue condenado a 5 años de cárcel por dejar en estado vegetativo de una pedrada a un agente de la Guardia Urbana de Barcelona en 2006 y más tarde volvió a ser noticia como supuesta víctima de un montaje policial por aquellos hechos; recibió el apoyo de partidos y organizaciones humanitarias que presentaron su caso como una injusticia. Ahora está detenido por la muerte de otro hombre en Zaragoza. Este joven de 33 años, nacido en Chile pero con nacionalidad italiana, se trasladó a Zaragoza al salir de prisión y el pasado día 8 fue detenido en esa ciudad como presunto responsable de la muerte de un hombre de 53 años en una discusión en un bar que, supuestamente, comenzó porque la víctima llevaba unos tirantes con la bandera de España.

La primera vez en la que apareció el nombre de Rodrigo Andrés Lanza Huidobro en los medios de comunicación fue en febrero del 2006 cuando fue detenido por alcanzar con una piedra a un agente de la Guardia Urbana cuando, junto con otros jóvenes, pretendía acceder a una fiesta ilegal organizada por un grupo okupa. Fue juzgado y condenado a 4 años y medio de prisión por los delitos de atentado y lesiones imprudentes, así como a indemnizar a la familia del agente, que quedó en estado vegetativo, con 1.180.000 euros; el Tribunal Supremo elevó en julio de 2009 esa pena hasta los 5 años de cárcel.

Lanza quedó en libertad provisional en febrero de 2008 -una vez cumplidos dos años de prisión preventiva- y compareció ante los periodistas en la embajada de Chile en Madrid para reivindicar su inocencia y denunciar maltrato policial durante su detención. «Apelaré hasta que salga absuelto. Yo no he hecho nada. Hasta que digan que soy inocente y me pidan perdón seguiré apelando», decía entonces el joven chileno, de quien algunos medios aseguran que es nieto del que fuera uno de los hombres de confianza del dictador Augusto Pinochet.

Las aspiraciones de Lanza y los otros jóvenes que fueron condenados con él empezaron a despertar cada vez más simpatías a raíz de que en el 2011 la Audiencia de Barcelona condenase por torturas y montaje policial en otro asunto a dos policías locales cuyo testimonio había sido clave para involucrar a Lanza y sus compañeros. Hubo manifestaciones en Barcelona e incluso en Santiago de Chile; la madre de Lanza, Marina Huidobro, que vivía en Italia, se trasladó a Barcelona para participar en las protestar y reivindicar la inocencia de su hijo.

Pero cuando el asunto 4-F -por la fecha en la que se produjeron los hechos- adquirió mayor repercusión fue después de la emisión en el 2015 del documental Ciutat Morta que presenta a los jóvenes como víctimas de un montaje policial. La afluencia de manifestantes en las convocatorias posteriores pasó de centenares a miles de personas en Barcelona y el Síndic de Greuges abrió una investigación de oficio en la que concluyó que las administraciones actuaron con «negligencia» y «falta de transparencia» en este caso.

Ciutat Morta se convirtió en un incisivo ariete de la candidatura de Ada Colau en las elecciones municipales de ese año y el secretario general de Podemos se reunió incluso con los afectados durante un acto de campaña en apoyo a la lista de Barcelona en Comú. Los autores del documental recibieron incluso el premio Ciutat de Barcelona, fallado por un jurado independiente, que tuvo que entregarles el entonces alcalde, Xavier Trias, pese al mal lugar que la cinta dejaba a la policía local barcelonesa; los premiados le negaron el saludo.

Hoy, Trias recordaba aquel mal trago y se sumaba a las voces que, a la vista de los acontecimientos de esta semana en Zaragoza, ponían en cuestión el apoyo de determinados políticos y medios a los implicados.«Se está demostrando -ha dicho- que es una persona (Lanza) con un grado de agresividad tremenda, y se quiso convertir a una persona agresiva, que probablemente necesita un tratamiento diferente, en un héroe. Creo que es absolutamente vergonzoso y lamentable».