El radical antisistema que presuntamente mató a un hombre con tirantes con la bandera española dejó tetrapléjico en 2006 a un agente

Agencias / La Voz

ESPAÑA

ATLAS TV

Rodrigo Lanza Huidobro, relacionado con el movimiento okupa, es el presunto autor de la paliza mortal al zaragozano Víctor Láinez y  fue condenado por dejar tetrapléjico a un agente de la Guardia Urbana de una pedrada hace once años

13 dic 2017 . Actualizado a las 15:02 h.

Rodrigo Lanza Huidobro, un conocido y radical antisistema relacionado con el movimiento okupa que ha sido detenido en Zaragoza acusado del homicidio del zaragozano Víctor Laínez tras propinarle una paliza por llevar tirantes con las bandera española, ya fue condenado a cinco años de cárcel por dejar tetrapléjico a un agente de la Guardia Urbana en Barcelona tras lanzarle presuntamente una pedrada durante un desalojo okupa en el año 2006.

Los sucesos por los que fue condenado Rodrigo Lanza, de origen chileno aunque nacionalizado español, tuvieron lugar durante una pelea tras una fiesta okupa. La sentencia recalcó que no existía la «más mínima duda» de que fue Lanza quien lanzó la piedra que provocó que el agente cayese al suelo y se causara una lesión medular que le dejó postrado en una silla de ruedas, recuerda El País. Por ello fue condenado por la Audiencia de Barcelona a cuatro años y medio de cárcel, una pena que después el Tribunal Supremo elevó a cinco años. Lanza protagonizó años más tarde el controvertido documental Ciutat Morta

Rodrigo Lanza, que fue puesto en libertad tras haber cumplido dos años de prisión por ese delito del que él se declaró inocente, procede de una familia de clase media alta chilena. Nació en Viña del Mar hace 33 años y es nieto del almirante chileno Sergio Huidobro, uno de los principales apoyos en la Armada al dictador Augusto Pinochet. Cuando en 2006 fue detenido, la entonces presidente chilena, Michelle Bachelet, se implicó en el caso y ayudó a la familia de Lanza a buscar un abogado en España, informa el El País

Agresión en Zaragoza

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha asegurado hoy que el detenido es una persona «muy radical» y que «ese radicalismo lo ejerció» contra Víctor Laínez el pasado viernes en Zaragoza por supuestamente por llevar unos tirantes con la bandera de España.

La víctima, simpatizante de Falange Española, falleció a causa de muerte cerebral tras la brutal paliza que recibió el 8 de diciembre en la zaragozana calle Antonio Agustí, en la zona de Heroísmo.  La agresión, con una barra de hierro, se produjo por la espalda y las lesiones cerebrales que sufrió fueron irreversibles, según informa Heraldo de Aragón

El fallecido, natural de Tarrasa (Barcelona), pero vecino de Zaragoza desde hace varios años, había coincidido con los supuestos agresores en una discoteca de la zona, en la que le habían increpado por llevar unos tirantes con la bandera española. La detención de Rodrigo Lanza, junto a otra persona, habría sido posible porque uno de los dos arrestados pagó las consumiciones en un bar con tarjeta de crédito, según detalla El Heraldo de Aragón

Fuentes policiales han informado a Europa Press de que a Lanza se le considera el autor material de la agresión y autor de un delito de homicidio. Hoy se ha tomado declaración a otro joven, a quien la policía sitúa en el lugar de la agresión, si bien estima que no participó en ella, por lo que ha quedado en libertad y se le considera autor de un delito de omisión del deber de socorro.

Rodrigo Lanza, uno de los protagonistas de «Ciutat Morta»

El polémico y ya viral documental Ciutat morta, de Xavier Artigas y Xapo Ortega, reabrió en el mes de enero del año 2015 viejas heridas. La pieza, que denuncia un montaje judicial para encarcelar a tres jóvenes que hirieron a un guardia urbano en Cataluña, había sido estrenada un año antes, pero Canal 33 volvió a emitirla y se desató la polémica.

El nombre de Rodrigo Lanza, uno de sus protagonistas y de Ciutat Morta, ha vuelto a la actualidad al conocerse que el hombre ha sido detenido por su presunta implicación en la muerte de un hombre en Zaragoza. El documental regresaba a la noche del 4 de febrero del 2006, cuando la policía se acercó al distrito de Ciutat Vella, en Barcelona, para desalojar una fiesta en un local okupado, propiedad del ayuntamiento. Las imágenes daban por hecho que había sido el golpe de una maceta, arrojada desde la azotea, lo que había dejado en estado vegetativo a un agente, y narraban cómo, posteriormente, siete jóvenes que estaban en la calle fueron detenidos, torturados y declarados culpables. En el hospital habrían coincidido con unos amigos -Patricia Heras y Alfredo- que se encontraban allí tras haber sufrido un accidente de bici. La policía, relata la pieza audiovisual, creyó que ambos estaban también involucrados en la agresión al agente, los detuvo y los encerró en prisión. Un año más tarde, Patricia Heras se quitó la vida.

La historia se convirtió en carne de redes sociales cuando trascendió que un juzgado de Barcelona había enviado a Televisió de Catalunya y a los autores de la pieza una notificación para advertir de que cinco minutos del reportaje no se podían exhibir porque, argumentó, podía suponer una violación del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen del denunciante, ex jefe de información de la Guardia Urbana. El documental se televisó censurado, mientras Internet clamaba por asistir al fragmento suprimido. 

La parte más polémica de Ciutat morta recoge la versión exculpatoria de los tres jóvenes inculpados, siembra dudas sobre el testimonio de dos guardias urbanos, condenados por torturas en otro proceso posterior, y se centra especialmente en la figura de Heras. La Fiscalía, sin embargo, no da al documental un valor de prueba jurídica mientras no se presenten otros argumentos que permitan descartar la participación en los hechos de la joven o probar la implicación de un tercero.

Ningún informe apunta a que la agresión fuese con una maceta

A raíz de esta controversia, el gerente de la Guardia Urbana de Barcelona, Joan Delort, aseguraba para responder a la polémica generada hace casi tres años que ningún informe policial realizado tras el caso, bautizado en el 2006 como 4-F, apuntaba a que el golpe que recibió el agente gravemente herido durante el desalojo fuese por el lanzamiento de una maceta. En declaraciones a Catalunya Ràdio recogidas por Europa Press consideraba que el entonces alcalde, Joan Clos, se precipitó al afirmar que fue una maceta: «En ese momento se dijeron, de manera precipitada, cosas que no tocaban». «No solo eso, sino que parece que ese comentario generó un gran lío a nivel interno por lo que dijo el alcalde pocas horas después», agregaba.