Seguirá huido y reclama impunidad como condición para regresar a España
07 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.
El destino es caprichoso. Tanto como para reunir en el corazón de la Unión Europea a separatistas catalanes por un lado y defensores de la unidad nacional por otro el mismo día en el que la Constitución española cumple 39 años. Sucedió el miércoles, en Bruselas. La ciudad se ha convertido en la espectadora y árbitro involuntaria de la crisis en Cataluña. El expresidente Carles Puigdemont y los cuatro exconsejeros fugados (Meritxell Serret, Toni Comín, Lluís Puig y Clara Ponsantí) salieron de su celoso escondite belga para arremeter contra la democracia española, dibujar un escenario de persecución política y retar de nuevo al Gobierno de cara a las elecciones del 21 de diciembre. «Al Estado español le ha entrado el miedo a perder. Tienen miedo a la mirada del mundo», arrancó Puigdemont envalentonado tras la decisión del Tribunal Supremo de retirar la euroorden lanzada por la jueza Lamela contra los cinco. No se mostró tan audaz cuando tuvo que responder a la pregunta de si volverá a España junto a sus compañeros de exilio. A pesar de ser candidato a la presidencia de la Generalitat por Junts per Catalunya, Puigdemont no tiene pensado pisar Cataluña ni antes ni después de las elecciones si la Justicia española no le garantiza impunidad: «Nuestra intención es volver lo más rápido posible. Si los catalanes nos eligen como miembros del Parlamento tenemos el deber, pero, ¿será posible? [...] Si se retira el 155 y se garantiza que el mandato de las urnas será respetado, volveremos», dejó caer.
Clara Ponsatí no tuvo reparos en formular abiertamente sus peticiones: «Si la Justicia española cierra los casos criminales contra todos nosotros, estaríamos felices de volver y hacer campaña». Pero, ¿qué pasará si las autoridades judiciales no acceden al chantaje y algunos de ellos salen elegidos, ¿recogerán sus actas de diputados? No. Se escudan en lo que haría el Gobierno español para justificar su posible ausencia: «¿Dirán que no tenemos derecho a recoger el acta que nos han dado los ciudadanos?», se preguntó el expresidente.
Las idas y venidas de Puigdemont, sus planes y demandas solo han logrado despertar la indiferencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien no espera su visita por Navidad: «Me trae sin cuidado. Que haga lo que quiera», aseguró al ser preguntado por la situación del expresidente catalán.