Granados se sienta en el banquillo por el chivatazo del caso Púnica

M. SÁIZ-PARDO MADRID / COLPISA

ESPAÑA

JUAN LÁZARO

El ex secretario general del PP se enfrenta a tres años de cárcel por revelación de secretos

13 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Francisco Granados se sentará mañana por primera vez en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional por el caso Púnica. Pero no será por las supuestas y millonarias corruptelas en la Comunidad de Madrid por las que estuvo entre rejas entre octubre del 2014 y junio de este año, sino por un apéndice de esta investigación: el chivatazo que recibió en septiembre del 2014, que le avisó de que la Guardia Civil le pisaba los talones por sus presuntos chanchullos.

Además de Granados, por este caso están procesados dos guardias civiles supuestamente involucrados en el soplo: José Manuel Rodríguez Talamino y José Luis Caro Vinagre (funcionario en excedencia). Para el político y los dos agentes la Fiscalía pide tres años de cárcel, para cada uno, por los delitos de revelación de secretos y aprovechamiento de revelación de secretos.

El escrito que la acusación pública presentó ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional considera probado que Granados estuvo al tanto de la investigación que lo implicaba gracias a las informaciones que Talamino le pasaba a Caro y este, que entonces ocupaba un cargo de confianza en la Comunidad de Madrid, le filtraba al ex secretario general del PP madrileño.

Según la Fiscalía, aquellos chivatazos, también referidos a las actividades del empresario David Marjaliza (hombre de confianza de Granados), tuvieron «importantes consecuencias» para las pesquisas. La «difusión» de la información secreta -sostiene el ministerio público- «obstaculizó y entorpeció gravemente el curso de la investigación que llevaba a cabo el Grupo de Delitos contra la Administración de la Guardia Civil».

La acusación pública asegura que Francisco Granados «aprovechó» los chivatazos de los guardias civiles «en su propio beneficio», sobre todo porque gracias a esa información privilegiada que recibía pudo ocultar antes de su detención sus «propias ganancias ilegales, escondiendo el dinero en efectivo no declarado en domicilios de amigos y familiares».

En este punto la Fiscalía recuerda que parte de la fortuna oculta de Granados fue encontrada en el altillo de un armario que tenían los suegros del exdirigente popular de Madrid.

Esta semana concluirá el juicio por la trama Gürtel, en el que se juzga a 37 personas, entre ellas al presunto cabecilla de la red, Francisco Correa, y a una decena de ex altos cargos del PP, como su extesorero Luis Bárcenas. Está previsto que informen de sus conclusiones finales el PP y la exministra Ana Mato, considerados partícipes de la trama corrupta.

Justo antes de que el tribunal anuncie que el juicio queda visto para sentencia, dará la posibilidad a los acusados de que usen el turno de última palabra. Pero muchos de los encausados han informado de que no harán un alegato final. La circunstancia hará que el juicio acabe con el banquillo de los acusados casi vacío, algo que ha caracterizado gran parte de la vista oral.

El PP interroga hoy a Monedero

El cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero se someterá hoy en el Senado a un interrogatorio por parte del PP sobre la llamada conexión venezolana del partido morado, en concreto sobre la supuesta financiación que los líderes de esta formación habrían recibido del régimen de Venezuela. La Comisión de Investigación sobre la Financiación de los Partidos Políticos reanudará así una actividad contra la corrupción que se ha visto ralentizada en las últimas semanas porque el Senado ha centrado sus esfuerzos en tramitar las medidas del Gobierno para la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Aunque la comisión está formada por todos los grupos parlamentarios, en la práctica la controla solo el PP.