Carlos Dívar, el presidente de los jueces que se fue por un escándalo

m. Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

BENITO ORDÓÑEZ

Dejó el Supremo y el Consejo del Poder Judicial tras unas denuncias por sus viajes

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Dívar (Málaga, 1941), que fue expresidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, falleció en la madrugada del sábado en Madrid a causa de una enfermedad. Dívar, que habría cumplido 76 años el próximo 31 de diciembre, ha sido velado en el tanatorio de la M-30 y su funeral tendrá lugar el próximo jueves a las 20.00 horas en la parroquia de los Jerónimos.

Durante 32 años ejerció como juez. Durante 28 estuvo en la Audiencia Nacional. Fue siete años, entre el 2001 y el 2008, el presidente del tribunal de la calle Génova. Y en el 2008 llegó a lo más alto de la judicatura al ser elegido por unanimidad presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial. Pero Dívar tuvo que salir apresuradamente y por la puerta de atrás cuando se encontraba en la cúspide al verse envuelto en el mayor escándalo que nunca haya afectado al máximo responsable del más alto tribunal español y del poder judicial. Sus continuos viajes a Marbella a cuenta del dinero público sin aparente justificación y el alto coste de sus estancias en la Costa del Sol en jornadas laborales forzaron su dimisión en el 2012.

Dívar nunca fue condenado. Salió indemne de la denuncia y la querella que presentaron contra él por los supuestos delitos de malversación de fondos públicos y estafa a cuenta de los polémicos viajes. Pero el escándalo estaba ya servido. Cinco de los vocales del Poder Judicial reclamaron su dimisión y el veterano juez decidió echarse a un lado cuando comprobó que eran más bien pocos en la carrera los que daban la cara por él tras confirmarse que aquellos largos fines de semana en Málaga habían salido del dinero del CGPJ.

Muestras de luto y pésame

Aun así, y pese a su dimisión, Carlos Dívar siempre sostuvo que no había hecho nada malo y denunció ser víctima de una campaña de sus enemigos. Eso sí, finalmente, y a instancias del Tribunal de Cuentas, tuvo que devolver a las arcas del Poder Judicial 3.000 euros que no logró justificar.

Ayer se sucedieron las muestras de luto en el mundo de la política y en el de la judicatura. Mariano Rajoy apuntó en su cuenta de Twitter: «Nos deja un gran jurista y una gran persona». El presidente del Gobierno también ha remitido a sus familiares un telegrama de pésame en el que ha elogiado «la prudencia y la capacidad de consenso» de Dívar, valores que, en opinión del jefe el Ejecutivo, lo llevaron a ser elegido presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, acudió a dar el pésame en persona al tanatorio de la M-30 en Madrid, y afirmó que el fallecimiento de Dívar es «una triste noticia» para todos los que lo conocieron: «Para todos los que supimos de su profesionalidad y su dedicación intensísima a la justicia». Fernando Grande-Marlaska, vocal del Consejo General del Poder Judicial, calificó a Dívar de compañero. «Es para mí un compañero, un buen amigo y una persona que siempre respetó mi trabajo y mi persona», afirmó a Efe Grande-Marlaska ayer a su salida del tanatorio.