El PSC se arma con herederos de Unió para atraer al «catalanismo huérfano»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira BARCELONA / ENVIADA ESPECIAL

ESPAÑA

Ramón Espadaler
Ramón Espadaler Emilio Naranjo | efe

ERC y PDECat registran marcas alternativas por si logran un pacto de última hora

09 nov 2017 . Actualizado a las 06:43 h.

Todos los ojos estaban puestos en los partidos independentistas para saber si iban a reeditar y ampliar la coalición de Junts pel Sí, pero quienes han decidido colaborar en una misma papeleta son dos agrupaciones muy diferentes del bloque constitucionalista: el PSC de Miquel Iceta y parte de los herederos de Unió Democrática de Cataluña, el partido liderado por Josep Antoni Duran i Lleida que durante décadas formó con Convergencia una coalición de gobierno, CiU. Al menos cuatro de los responsables políticos de Units per Avançar (así se llama uno de los grupos en que se escindió la antigua Unió) irán en las papeletas socialistas si este viernes la ejecutiva del PSC les da el visto bueno. El nombre más importante es el de Ramón Espadaler, quien se había convertido en sucesor de Duran i Lleida y que ahora ocupará la tercera posición en la papeleta del PSC por Barcelona. Los otros tres candidatos son la exdiputada en el Congreso Montserrat Surroca (que irá de número dos por Gerona) y dos más, los terceros puestos de Tarragona y Lérida.

El objetivo, explicaban Miquel Iceta y el presidente de Units per Avançar, Oriol Molins, es conseguir que «muchos catalanistas huérfanos de una representación política moderada tengan una opción en las próximas elecciones» -de hecho, el documento que ambos firmaron se titula Alianza por el seny y el catalanismo-, ampliar la base y tender puentes, tal y como apuntaba el secretario primero del PSC la semana pasada. Hay que recordar que Unió Democrática, antes de desaparecer como tal, pero cuando ya se había separado de Convergència por su deriva independentista, no obtuvo representación en el Parlamento de Cataluña, pero sí sumó unos 100.000 votos, un 2,5 % del total, que ahora podrán engrosar, si no todos, al menos en parte el espacio del PSC.

La unión de ambas formaciones es sui generis, porque no son coalición (la papeleta es del PSC), pero el grupo parlamentario llevará el nombre de Socialistes i Units per Avançar. Además, como se trata de dos sensibilidades muy diferentes entre sí (Units se declara abiertamente democristiano), a la hora de votar en los plenos podrá optarse por propuestas diferentes en las «decisiones relativas a la conciencia personal y ciertos ámbitos programáticos». Sí tendrán en común algunos puntos esenciales: reformar la Constitución, dejar sin efecto la aplicación del 155 y defender la Ley de Educación de Cataluña (LEC).

«Marcas blancas»

Por su parte, los partidos independentistas se han guardado un as en la manga por si se consiguen acuerdos entre formaciones, aunque no sea la gran lista unitaria. Así, el PDECat registró una marca alternativa -Partit Demòcrata-Pacte Democràtic (PDECat-Pacte)- y Esquerra hizo lo propio con ERC-Catalunya Sí. Los de Junqueras no descartan ampliar sus bases con dos formaciones: los otros herederos de Unió Democrática, en este caso el grupo secesionista, denominado Demòcrates de Catalunya; y el reciente colectivo de Albano Dante Fachin, la escisión de Podem, que a su vez también valora ir asociado a la CUP, algo que decidirá el domingo.

Un firme catalanista que no reniega de España

Ramon Espadaler i Parcerisas (Vich, 1963) fue consejero de Interior entre el 2012 y el 2015, y antes lo había sido de Medio Ambiente. Con un bagaje no muy extenso en lo académico (licenciado en Geografía e Historia) ni en lo político (fue concejal en un municipio de 2.000 habitantes y después teniente de alcalde en Vich un par de años antes de dar el salto a una dirección general) es un hombre de partido (fue secretario general de Unió) y fiel escudero de Duran i Lleida.

Considera que su formación (hoy Units per Avançar) es incómoda por lo que ahora se denomina equidistancia: no quiere la independencia unilateral (de hecho no apoyó el referendo porque no cumplía ninguna garantía), pero también asume que el statu quo tiene que cambiar. Antes de que comenzase el procés, Espadaler defendía que se dejase la Constitución como estaba, siempre que se consiguiese para Cataluña un estatus fiscal diferente, al estilo del que tiene el País Vasco. Y a pesar del peso de la economía en su programa, Units es una formación que no esconde su influencia cristiana, de apoyo a la familia, y por eso mismo tiene una vertiente social que los aleja del neoliberalismo más radical.