El miedo fuerza el exilio de Codorníu y, cada día, el de otras 150 empresas

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

GONZALO FUENTES | Reuters

La emblemática productora de cava se marcha a La Rioja, y Freixenet votará en el consejo de finales de mes

17 oct 2017 . Actualizado a las 08:12 h.

El goteo de empresas que se mudan de Cataluña no cesa. A una firma tan emblemática como Codorníu Raventós, que hace unos días ya había adelantado que se estaba replanteando mantener su domicilio social en la comunidad si continuaba la tensión independentista, ayer se le acabó la paciencia y anunció el desenlace: cambia su sede administrativa a La Rioja, concretamente a Haro. La empresa productora de cava no ha esperado que efectivamente el Parlamento proclame la independencia unilateral y ha puesto pies en polvorosa -simbólicamente hablando-, espoleada por el miedo a que la «incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Cataluña» le pase factura.

Por ello, argumentando que el objetivo de tal decisión es «garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes», la compañía ha cambiado su domicilio social, hasta ahora ubicado en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) a Haro (La Rioja). Como todas las empresas que la han precedido, precisó que «se mantiene la estructura operativa de producción de todas sus bodegas, así como el total de sus empleados en sus actuales centros de trabajo».

Pero el hecho de que sea una bodega, fundada en el siglo XVI y con un producto como el cava, tan íntimamente ligado a Cataluña, hace de la decisión un revés especialmente doloroso para el independentismo, como ya ocurrió, por ejemplo, con los bancos o con Aguas de Barcelona.

Y a la salida de Codorníu se sumará en los próximos días la de su directo competidor, ya que Freixenet someterá a la aprobación de su consejo de administración idéntica medida, también avanzada por José Luis Bonet, presidente, además, de la Cámara de Comercio de España.

Temor al boicot

La cercanía de la campaña de Navidad y el miedo a un boicot al cava catalán han resultado determinantes en la decisión, aún fresco en la cuenta de resultados la caída del consumo que en el 2004 provocaron unas declaraciones de Carod Rovira. En lo que llevamos de año, las ventas de cava se han incrementado, por lo que las bodegas no ahorran esfuerzos para minimizar el riesgo de malograrlas.

Al temor al boicot se suma también la prolongación de la incertidumbre política, ya que ayer el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, no remitió al Gobierno central la respuesta requerida sobre si efectivamente el martes proclamó o no la independencia, algo que la CUP no deja de reclamar cada vez con mayor intensidad.

De hecho, la inquietud sobre qué ocurrirá en Cataluña es lo que está empujando no solo a las grandes empresas, sino también a un número creciente de pequeñas y medianas compañías, a buscar la seguridad jurídica fuera de territorio catalán. TAB Spain, filial española del fabricante de soluciones para baterías TAB Batteries, también acordó ayer mudarse administrativamente a Madrid. De nuevo, tal decisión no implica mover empleados.

Asimismo, el Colegio de Registradores de España ha constatado un pico de cambios de domicilio social fuera de Cataluña después del referendo ilegal. Tanto es así, que este órgano ha contabilizado más de 600 traslados, ya que hasta la mañana del pasado viernes se habían registrado 540, a los que hay que sumar al menos 70 más de esa jornada solo correspondientes a la provincia de Barcelona, y los que se produjeran ayer.

Las mudanzas se aceleran

El decano del Colegio de Registradores de Cataluña, Luis Suárez, explicó ayer que el traslado de sedes empezó a coger ritmo desde el 7 de octubre, aunque fue a partir del pasado martes 10, tras la comparecencia de Puigdemont en el Parlamento catalán, cuando se disparó.

La inseguridad jurídica y el temor a que el negocio se resienta son los motivos del éxodo En declaraciones recogidas por Efe, Suárez cifró en «unas 150» diarias las empresas que se han trasladado desde entonces, y pronosticó que «si la incertidumbre dura unas semanas la recuperación será relativamente rápida, pero si no es así la recesión es segura».

Los bancos que se han mudado estudian trasladar algunas funciones

El cambio de sede social y fiscal no ha sido una decisión meramente estética. Ese es el mensaje que Sabadell y CaixaBank han reiterado en los últimos días, desde que la escalada de tensión secesionista precipitara su traslado administrativo fuera de Cataluña para proteger a clientes y negocio.

De hecho, además de haber devuelto la tranquilidad a la clientela -así lo confirmaron ayer fuentes de ambas entidades financieras-, cortando tanto la fuga de depósitos desatada tras el referendo ilegal como la apertura de cuentas espejo fuera de territorio catalán, una de sus primeras consecuencias será que los consejos de administración ya no se celebrarán en Barcelona. O no todos ellos.

De hecho, la reunión ordinaria de sus consejos, prevista para la próxima semana y en la que se aprobarán los resultados del tercer trimestre del año, tendrá lugar en las nuevas sedes: Alicante, en el caso del Sabadell; y Valencia, en el de CaixaBank.

Junta de accionistas, a Alicante

Asimismo, el banco que preside Josep Oliu también tiene previsto presentar los próximos resultados trimestrales en Madrid y no en Barcelona, como era habitual. Las fuentes consultadas señalaron que a partir de ahora las reuniones de los consejos podrán hacerse en cualquiera de las tres sedes -Barcelona, Alicante o Madrid-, aunque la junta general de accionistas sí que se celebrará en Alicante, «ya que así lo marcan los estatutos». Desde CaixaBank también admitieron que lo están valorando, pero que no hay decisión tomada, dado que aún queda tiempo.

Por otra parte, las fuentes consultadas explicaron que el Sabadell está estudiando la posibilidad de descentralizar próximamente algún área de negocio, con traslados de pequeños equipos a Madrid. Sin embargo, la entidad declinó ayer hacer valoraciones sobre tal posibilidad.