Un macrogrupo de WhatsApp fue el centro de la sedición, según la Guardia Civil

melchor sáiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Marta Pérez | EFE

Un informe revela que los independentistas se organizaron a través de mensajería en línea para sortear el bloqueo de las web

14 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Guardia Civil sostiene que un grupo masivo de WhatsApp gestionado desde Alemania fue el epicentro de los capítulos de supuesta sedición en Cataluña desde el 20 de septiembre, cuando la multitud asedió a los guardias civiles que registraban la Consejería de Economía en la operación Anubis, hasta el 2 de octubre, víspera de la huelga general. El WhatsApp, a diferencia de las webs de promoción del referendo cerradas por orden judicial, no ha podido ser bloqueado porque incluiría la red de la app.

El sistema fue usado de manera masiva, dicen los informes de la Policía Judicial de la VII Zona de la Guardia Civil remitidos a la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, quien investiga por sedición, entre otros, al mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero; y a los presidentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y de Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. La Guardia Civil atribuye a estos dos últimos un «papel esencial» en las revueltas, pero casi más a la web CridaDemocracia (ya clausurada) y al servicio de WhatsApp que se derivaba de aquella página y que sigue activo.

Desde esa web (formalmente desvinculada de ANC y Òmnium), miles de personas se sumaron a un macrogrupo que a partir del 28 de agosto envió consignas: «Alertas de movilización, ocupación de vías públicas, pegadas de carteles...».

Los informes, que reproducen solo diez de estos mensajes, señalan que solo esa decena de llamadas a la acción estuvieron en el origen de buena parte de los disturbios que nada tuvieron que ver con la espontaneidad. Especial atención presta la Guardia Civil a los mensajes del 20 de septiembre y sus llamamientos a las «concentraciones ahora mismo para parar a la Guardia Civil». Desde el grupo de WhatsApp CridaDemocracia en primera instancia se llamó a salir a la calle en varios puntos donde había registros para después reconducir a la gente a las concentraciones de activistas.

Ocupación de los colegios

La movilización continuó desde entonces de manera frenética. El 21 de septiembre, los gestores del grupo dieron instrucciones precisas (y plagadas de emoticonos) a miles de personas para concentrarse frente al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en protesta por las detenciones del día anterior.

A partir del 29 de septiembre, desde ese WhatsApp se comenzó a preparar la resistencia en los colegios. «Tots conectats» («Todos conectados») fue la orden para «reaccionar de manera inmediata y masiva a cualquier ataque». El 30, el chat fue un hervidero y a las 14.45 horas se lanzó la orden que a la postre complicó hasta el extremo el desalojo de los centros de votación: había que estar en los colegios electorales a las cinco de la madrugada del domingo, una hora antes de que aparecieran los Mossos. El 1-O se comunicó el censo electoral. El 2, se movilizó a todos para la huelga.

Grabaciones antes del 1-O: «Si van a votar 2 millones se tiene que decir que habrían ido 3»

Antes de la celebración del referendo ilegal ya se sabía cuántas personas iban a votar en la consulta. Al menos, eso es lo que se concluye de las grabaciones que la Guardia Civil presentó ante la Audiencia Nacional esta semana. En una de las conversaciones se decía: «Si van [a votar] 2 millones se tiene que decir que habrían sido 3, pero nos boicotearon».

La investigación, a la que tuvo acceso Europa Press, incluye una grabación realizada el día 27 de septiembre entre Francesc Sutrias, director del Patrimonio -dependiente de la vicepresidencia de Economía-, y el que fuera consejero de Cultura a propuesta de ERC en el Gobierno de José Montilla, Joan Manuel Tresserras Gaju.

Durante la conversación, hablan de cómo se va a interpretar la jornada de votación del 1 de octubre y de la estrategia que tienen que seguir en la presentación de resultados. Tresserras le dice que «no se puede hacer un discurso triunfalista que no tenga suficiente justificación», y que «tienen que aparecer delante del mundo diciendo que son gente seria: queríamos hacer esto y no nos han dejado y a partir de ahí ver qué interpretación se puede hacer». Y explica: «Si se puede decir que han participado 3 millones de personas sería imparable (...) si van 2 millones se tiene que sofisticar más y decir que habrían sido 3 pero lo han impedido, nos han boicoteado». El exconsejero de Cultura insiste en que tras la votación del 1-O se tienen que decir «cosas de este tipo». «El domingo por la noche se tiene que afinar bastante», remata.

La Generalitat anunció tras el referendo ilegal que habían votado 2.286.217 personas pero alegaron que no se habían podido abrir 400 escuelas, con un censo de 770.000 personas. La suma de ambas cifras supera ligeramente los 3 millones.

Creen que nunca hubo recuento

De hecho, la Guardia Civil está convencida de que la Generalitat no dispuso de ningún medio para llevar a cabo el recuento y la verificación que pudiera legitimar los resultados del referendo ilegal después de la «actividad frenética» que los agentes desplegaron durante 48 horas, desde el sábado al domingo.

Los expertos informáticos de la Guardia Civil llaman la atención sobre el hecho de que desde el 1-O nadie ajeno a la Generalitat haya podido consultar los datos oficiales.

Un agente alerta al ministro Zoido de las presiones que sufre en los Mossos

Un agente de los Mossos d’Esquadra ha pedido al ministro Juan Ignacio Zoido a través de la Agrupación Reformista de Policías (ARP) su incorporación a la Policía Nacional o la Guardia Civil, junto a la de un número indeterminado de agentes, por las presiones que tienen que soportar en la policía autonómica. Según dice, se sienten «secuestrados», y alude a amenazas veladas «imposibles de demostrar» y al control de compañeros que se declaran abiertamente independentistas. Temen incluso que haya una lista de «agentes y mandos españolistas».

Reporteros sin Fronteras compara al Gobierno catalán con Trump

Respeto a los medios en Cataluña es el demoledor informe que Reporteros sin Fronteras (RSF) presentó ayer sobre lo que está pasando en la comunidad. En el trabajo se compara la presión del Gobierno autonómico hacia los periodistas con la que ejerce Trump a los medios. RSF describe «la presión constante» del Gobierno catalán sobre los medios de comunicación locales y extranjeros, el «acoso» en las redes sociales a los periodistas críticos por parte de fanáticos del movimiento separatista, los intentos de «multitudes de manifestantes por intimidar a los periodistas de televisión, y el clima generalmente venenoso para la libertad de prensa». Para la entidad que vela por el periodismo libre, el Gobierno catalán «ha ido demasiado lejos».