El PNV mantiene los puentes con el PP para los Presupuestos del 2018

Olatz Barriuso BILBAO / COLPISA

ESPAÑA

Javier Zorrilla | Efe

Pese a la dureza de su discurso, Ortuzar y Urkullu siguen dialogando con Rajoy

01 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Acostumbrado a la gestión de riesgos, el PNV ha endurecido públicamente su discurso a medida que la crisis catalana se iba agudizando pero sin descuidar la diplomacia para ir tendiendo puentes sobre los que pueda fundamentarse un eventual arreglo político del enconado conflicto catalán tras el choque de trenes que se escenificará hoy. Desde que, en el mes de septiembre, el pulso de la Generalitat con el Estado empezó a entrar en fase crítica, el Ejecutivo vasco ha modulado su mensaje, hasta entonces moderado y de prudente respeto al procés. De ahí han pasado a exigir que mañana se pueda votar en la consulta ilegal impulsada por los soberanistas catalanes y a criticar duramente al Gobierno central por responder con medidas policiales de cuya legalidad han dudado incluso, además de compartir con EH Bildu manifestaciones como la de ayer e iniciativas parlamentarias en defensa del derecho a decidir de los catalanes.

No obstante, en paralelo, el PNV y el lendakari Iñigo Urkullu han realizado gestiones discretas con Mariano Rajoy, con quien ambos mantienen hilo directo, y también con la cúpula del PDeCAT para explorar una posible solución dialogada cuando empiece a remitir el estruendoso fragor de la batalla. Un eventual acuerdo para no cerrar en falso la cuestión catalana que les permitiese mantener su apoyo al Ejecutivo del PP y evitar, de paso, un final abrupto de la legislatura en Madrid que no interesa a nadie.

Tanto el presidente del EBB,Andoni Ortuzar, que ya se ofreció en el Alderdi Eguna a ejercer de mediador entre las partes, como el lendakari Urkullu, que esta semana ha intercambiado mensajes y llamadas telefónicas «en varias ocasiones» con el presidente del Gobierno, han mantenido abiertos los canales de comunicación con La Moncloa. Un esfuerzo que han considerado necesario pese a ser conscientes de que ni su «partido hermano» en Cataluña -la antigua Convergència- ni el Gobierno central iban a cambiar el paso antes del 1-O. 

Varios escenarios

Pero cosa muy distinta es lo que pueda suceder después. Los nacionalistas vascos manejan varios posibles escenarios, desde los más sombríos a los más optimistas. Entre los primeros, contemplan que la «guerra total» entre Madrid y Barcelona se mantenga, Un mayor enconamiento del pulso podría forzar a Rajoy a disolver las Cortes Generales y convocar elecciones anticipadas para intentar aglutinar el voto de cierre de filas con la unidad de España, aunque esa opción no convence al presidente ni a su partido, que la consideran una huida hacia delante de inciertos resultados. Fuentes populares lo descartan también, con el argumento de que los Presupuestos de 2017, que entraron en vigor en verano, son perfectamente prorrogables para aguantar el tirón sin excesivo «desasosiego» y así disponer de margen para recomponer los rotos del procés.

Ese sería el escenario ideal para el PNV, que podría así reanudar la colaboración con Rajoy y ganar dos años más de privilegiada influencia. Significativamente, los líderes del PNV no han sido objeto en público de los reproches del PP ni del ministro Montoro, que se ha limitado a informar del aplazamiento del proyecto presupuestario para el 2018 como consecuencia de la falta de apoyos derivada de la crisis catalana. 

Diplomacia interna

La contención en los mensajes demuestra que la diplomacia interna ha funcionado y que los puentes entre el PNV y el PP se mantienen, con la vista puesta en la gestión del día después. De hecho, desde el PP apuntan que, como se pudo comprobar durante la visita a Guipúzcoa del ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, la semana pasada, hay un interés común en que «pueda haber un Presupuesto» que ofrezca garantías y cobertura a los acuerdos alcanzados con el PNV, como, por ejemplo, el soterramiento del TAV a su llegada a las capitales vascas.