El 1-O solo deja tierra quemada

ESPAÑA

Ha provocado la fractura en dos de la sociedad catalana y la división de los partidos en bloques antagónicos, y ha elevado la desafección mutua entre Cataluña y España

02 oct 2017 . Actualizado a las 13:14 h.

El referendo ilegal convocado por la Generalitat marginando a la oposición no tendrá ninguna validez, ya que carece de las mínimas garantías democráticas, pero dejará una huella profunda, no solo en la sociedad y la política catalanas, sino también en las del resto de España. Pero todo puede ir aún a peor si el Parlamento catalán, donde los independentistas tienen solo mayoría simple, declara la independencia de forma unilateral. 

¿Qué consecuencias ha tenido el 1-O en la sociedad civil?

El llamado procés ha profundizado la brecha que ya existía en la sociedad catalana desde que la Generalitat emprendió la vía independentista en contra de más de la mitad de la población. Familias divididas, señalamientos y coacciones de los que se oponen al 1-O, especialmente a los alcaldes, en su gran mayoría del PSC, que se han negado a ceder locales municipales para la votación, insultos y descalificaciones a los discrepantes, tensión latente en la calle son las consecuencias más visibles. La situación ha llegado a tal extremo que muchos padres no han dudado en utilizar a sus hijos para evitar el cierre de los colegios designados para votar. Las heridas son profundas y tardarán mucho tiempo en cicatrizar. 

¿Hay una mayoría que apoya la independencia?

Los partidarios del referendo, en su gran mayoría independentistas, han ocupado las calles durante las dos últimas semanas, lo que puede dar la sensación de que los catalanes están mayoritariamente a favor de separarse del resto de España. Sin embargo, los datos del último barómetro de Opinión Política publicado por la Generalitat en el mes de julio dicen que hay un 41,1 % de ciudadanos que apoyan la independencia y un 49,4 % que la rechazan. Lo llamativo es que esa mayoría silenciosa no ha tenido presencia en las calles, al menos hasta ayer. 

¿Cómo ha afectado a la política catalana?

Se han creado dos bloques, los partidos favorables a la independencia (ERC, PDECat y la CUP) y los defensores de la legalidad constitucional (Ciudadanos, PSC y PP), con En Comú Podem también dividido a su vez entre los que propugnan el sí y los que consideran el 1-O como una simple movilización y llaman a participar, con la equilibrista alcaldesa de Barcelona al frente. Las bochornosas jornadas del 6 y 7 de septiembre en el Parlamento catalán, en las que la mayoría secesionista aplastó a la oposición, violentando el propio reglamento de la Cámara, según ha admitido el consejero Santi Vila, han abierto una sima entre los dos bloques. 

¿Está unida la coalición independentista?

Hasta ahora Junts pel Sí y la CUP se han mantenido unidos ante el referendo de hoy. Sin embargo, han empezado a emerger grietas de cara a la posible declaración unilateral de independencia (DUI) que llevaría a cabo el Parlamento catalán tras el 1-O. El diputado del PDECat Carles Campuzano la descartó, pero ante la presión ejercida por ERC y la CUP se desdijo. Lo cierto es que hay un sector de la antigua Convergència que no está de acuerdo con una DUI tras un referendo sin garantías y no homologable internacionalmente. En todo caso, los republicanos y los antisistema no están dispuestos a ceder un milímetro en su apuesta y en estas disyuntivas siempre han consguido imponer su criterio. 

¿Ha afectado a las relaciones de Cataluña con el resto de España?

Sí. Está creando desafección en el resto de España hacia Cataluña. No hay que perder de vista que PP, PSOE y Ciudadanos, que se oponen frontalmente al referendo, suman 16,5 millones de votantes, más del 68% de los que fueron a las urnas en las últimas elecciones. Las concentraciones contra el 1-O de ayer y la colocación de banderas constitucionales en los balcones de casas particulares a lo largo de toda España en los últimos días es una prueba gráfica del creciente rechazo que está provocando el desafío secesionista en España. 

¿Lo que está sucediendo puede perjudicar a la economía catalana y a la española?

Sí. Ya lo está haciendo. La previsión es que se acelere la marcha de Cataluña de empresas españolas y multinacionales. Pero también está teniendo consecuencias negativas para la economía española. Así, por ejemplo, la agencia S&P no ha mejorado la calificación de España ante el aumento de la tensión política con Cataluña, ya que «pondría impactar de manera negativa en el crecimiento». Las calificaciones de agencias como S&P actúan como guías para los inversores internacionales y son cruciales a la hora de buscar financiación en los mercados. 

¿Influirá en las relaciones con Europa?

Los principales líderes europeos han dejado claro que están con la legalidad y, por tanto, rechazan el referendo, pero la crisis abierta en Cataluña puede debilitar la posición de España en la Unión Europea, ya que obliga al Gobierno a centrarse en el mayor desafío a la Constitución desde el 23F. Por su parte, Cataluña es vista como una comunidad rebelde dispuesta a saltarse la ley y las normas básicas del proyecto europeo con un referendo que no cumple las condiciones que recoge la Comisión de Venecia. Una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE y tendría que esperar turno para reintegrarse, pero España podría vetarlo.

Efectos colaterales

El retraso de los Presupuestos podría frenar la financiación de autonomías

El 1-O tiene también efectos colaterales sobre la financiación de las comunidades autónomas. El aplazamiento de la aprobación de los Presupuestos del próximo año podría ralentizar las entregas a cuenta para su financiación, que el Ministerio de Hacienda prevé incrementar para el 2018 en unos 4.000 millones en relación con el 2017. Los Presupuestos del próximo año contemplan unas entregas a cuenta cercanas a los 95.995 millones y un retraso en la entrada en vigor de las cuentas más allá del 1 de enero también impactaría en la financiación autonómica. El Ejecutivo no cuenta de momento con el apoyo del PNV, que apoyó las cuentas anteriores y que ahora mantiene que no habrá negociación presupuestaria mientras no haya un diálogo político con Cataluña.