Zoido acuerda con su homólogo marroquí mejorar la información sobre terrorismo

m. e. alonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

FADEL SENNA | afp

El ministro del Interior del país árabe sugiere que se dé « una atención especial» a los imanes y reitera la oferta de su país para formarlos

30 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las investigaciones policiales sobre los atentados de Barcelona y Cambrils revelaron que los terroristas disponían de una red de contactos que se extendía más allá de Cataluña. Marruecos, junto con Francia y Bélgica, es uno de los países en los que se ha puesto el foco, no en vano once de los doce terroristas eran de allí. La inteligencia marroquí busca las posibles conexiones en suelo alauí con los atentados. «La estrecha colaboración entre ambos países en materia antiterrorista está ofreciendo buenos resultados», reconoció ayer el titular del Interior, Juan Ignacio Zoido. El ministro viajó a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí, Abdeluafi Laftit, y compartir información relevante.

La semana pasada, dos personas relacionadas con los yihadistas fueron detenidas en Marruecos. Fuentes de la investigación señalan a uno de ellos como el suministrador de las 120 bombonas encontradas en Alcanar: Hicham Ennadih, que fue butanero en Ripoll y vecino del terrorista de las Rambas. El otro es familiar de uno de los terroristas y también habría viajado a Ripoll. «Ambos han sido puestos en libertad después de tomarles declaración», confirmó Zoido. Marruecos insiste en que no había elementos incriminatorios contra ellos, y que están tomando declaración a familiares de los yihadistas catalanes.

«En nuestro entorno existen pocos países con los que tengamos un diálogo tan fluido y continuo» como Marruecos, insistió Zoido. Y resaltó que el terrorismo está «en constante evolución» y, por tanto, la obligación de las fuerzas de seguridad es «intentar ir por delante». De ahí el compromiso ratificado por ambos ministros de Interior para reforzar el intercambio de información «sobre aquellas personas susceptibles de incitar a la radicalización».

Control sobre los imanes

Laftit puso el acento en que se preste «una atención especial» a las mezquitas e imanes que ejercen en territorio español y que tienen una influencia directa en los hijos de emigrantes. Insistió en que «hay que evitar que caigan en las garras del terrorismo». Entró así en el debate abierto en España sobre el control de los imanes, y puso sobre la mesa una antigua oferta de su país de encargarse de formarlos, algo a lo que el Gobierno español, hasta la fecha, se ha mostrado reticente.

La Generalitat dice que Interior ve a los Mossos «de segunda» y les ocultó datos

Los Mossos d’Esquadra sabían que el imán Abdelbaki es Satty vivía y trabajaba en Ripoll cuando la Policía de Vilvoorde (Bélgica) preguntó por él, y así se lo comunicaron a sus colegas belgas. El consejero de Interior catalán, Joaquim Forn, desveló este detalle, que contradice la primera versión que dio su departamento la semana pasada, cuando dijo que los Mossos no sabían nada del imán y que solo habían encontrado en sus archivos un Es Satty, pero de nombre Mustafá, que había sido investigado en el 2006.

Cuando se recibió la pregunta en enero del 2016, explicó ayer Forn, se responde que «no hay ningún tipo de sospecha» sobre esa persona, con la precisión de que «no está en Barcelona sino en Ripoll». El consejero señaló que la Policía belga no dice en su correo que «tiene alguna pista» sobre sus posiciones islamistas radicales. Es Satty se instaló en Ripoll en el 2015 tras haber cumplido una condena de cuatro años de cárcel por tráfico de drogas, en enero del 2016 viajó a Bélgica y en marzo regresó a la localidad gerundense ante la indiferencia de los cuerpos de seguridad.

Una indiferencia que en el caso de los Mossos obedeció, según el consejero, a que no contaba con toda la información necesaria sobre él. Forn aseguró que «más que fallos» hubo «voluntad política» para ocultar información a los Mossos porque en el Ministerio del Interior se les consideraba una «policía de segunda». Subrayó que la Policía Nacional no informó al cuerpo catalán de que habían pinchado el teléfono de Es Satty en el 2005, al que investigaban en la operación Chacal contra una célula yihadista.

Pero Forn no quiso engordar las discrepancias y admitió que, aunque hubieran tenido toda la información, tampoco podía garantizar que los Mossos hubieran evitado los atentados. También quiso poner en valor que tras los atentados del 17 de agosto la colaboración «ha cambiado» y la información entre los cuerpos policiales «fluye de manera natural y positiva».