Por su parte, la diputada de JxSí y exconsejera de Enseñanza, Irene Rigau, también fue muy crítica con la decisión y afirmó que «España es un Estado fracasado que no ha sabido crecer democráticamente». Acusó al Tribunal de Cuentas de tratar de infundir miedo a la gente con decisiones como la de ayer, pero advirtió: «Ante el miedo, ilusión. La sonrisa no nos la quitarán. A mí tampoco».
G. B.
Donde las dan, las toman. Batea, un pequeño municipio de Tarragona de 2.000 habitantes, reclama poder ejercer su propio derecho a decidir para separarse de Cataluña e incorporarse a Aragón. Los motivos para semejante ardor separatista no distan mucho de los que el Gobierno de la Generalitat esgrime para pedir la separación de España. Según el alcalde de la localidad, Joaquim Paladella, del PSC, quieren independizarse de Cataluña por las constantes «discriminaciones, agravios y encontronazos» a los que se ven sometidos sus vecinos por parte de la Generalitat. Y no van de farol, porque el municipio ha iniciado ya los trámites con la subdelegación del Gobierno para conseguir su objetivo y analizar la posibilidad de celebrar un referendo en el pueblo para decidir si solicitan la anexión a la comunidad de Aragón.
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