El diputado Gordó, imputado por el caso del 3 %, deja el PDECat, pero se aferra al escaño

La Voz C. R. BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Andreu Dalmau | EFE

El «conseguidor» de las mordidas de CDC, según la Fiscalía, deja en una situación muy delicada a Mas, quien siempre ha puesto la mano en el fuego por él

07 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Artur Mas ha perdido a uno de sus más estrechos colaboradores, primero en Convergència y más tarde en el Gobierno catalán. Germà Gordó, que lo fue casi todo en la política catalana -desde consejero de Justicia a secretario general de la Presidencia, pasando por gerente de CDC- anunció ayer que abandona el PDECat y el grupo parlamentario de Junts pel Sí, pero que se queda con el escaño como diputado no adscrito.

Gordó se convirtió en la última víctima política de la corrupción que afecta a la antigua Convergència. Después de que el Tribunal Superior de Cataluña decidiera investigarlo por tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y malversación en el llamado caso 3 %, el dirigente nacionalista se quedó solo y las peticiones de dimisión arreciaron desde el PDECat, Esquerra, la CUP y por supuesto desde el resto del arco parlamentario. Gordó se aferró a su escaño y libró un pulso con la dirección neoconvergente, que se ha saldado con su salida del partido, pero dejando a Junts pel Sí con un escaño menos.

El «conseguidor» de las mordidas de CDC, según la Fiscalía, deja en una situación muy delicada a Mas, quien siempre ha puesto la mano en el fuego por él, y le compromete, pues el cortafuegos de la corrupción hasta ahora estaba situado en los tesoreros del partido y como mucho en Gordó. Pero a partir de ahora, el expresidente, que sigue sin pronunciarse sobre su colaborador, queda más desprotegido, con el agravante de que el exconsejero, fuera del partido, puede tirar de la manta.

Posible escisión

En la refundación del PDECat, hace un año, encabezó una corriente para liderar la formación Nova Convergència, que podría acompañarle y provocar la primera escisión. A Gordó se le situaba en el sector moderado, el que reclama moderación, sin la tutela de Esquerra y la CUP. El Gobierno catalán, PDECat, Junts pel Sí y Esquerra le pidieron que deje el escaño para no perjudicar al proceso, pero hizo oídos sordos. Para la nueva dirección del PDECat, la salida de Gordó supone la primera victoria en su pugna con la vieja guardia.

La CUP aprovechó la situación para presentar en la comisión del reglamento del Parlamento catalán una enmienda que proponía reformar las normas de la Cámara para que se pueda suspender tres meses a los diputados si se abre un proceso judicial contra ellos, un período ampliable a la espera de cómo evolucione ese proceso, pero fue rechazada.