Interior mantiene el nivel de alerta antiterrorista, pero insta a no relajar la atención en los grandes eventos

melchor saiz-pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Sergio Barrenechea | Efe

Rechaza la petición de Ciudadanos de convocar la comisión de seguimiento del pacto antiyihadista

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay muestras de «fatiga» en las fuerzas de seguridad tras dos años en un nivel antiterrorista casi máximo, insisten responsables del Ministerio del Interior. Pero es «complicado», admiten, mantener el estado de constante alerta policial cuando el peligro no parece tan evidente. Por eso, los integrantes de la mesa de valoración de la amenaza terrorista, el cónclave que reúne a los máximos responsables antiterroristas del país, pidieron este viernes al ministro Juan Ignacio Zoido que lanzara un mensaje de consumo interno para los funcionarios: hay que «mantenerse tensionados» durante los constantes despliegues de seguridad que se organizan para cada acto público de mediana envergadura. Tanto «antes como durante o después», apuntó el ministro en referencia a que el atentado del lunes en Mánchester se produjo al acabar el concierto.

No bajar la guardia

«Nuestras fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia están haciendo un trabajo impagable. Están dando lo mejor para proteger a los ciudadanos de la barbarie», insistió el ministro tras reclamar a las fuerzas de seguridad que no bajen la guardia.

Una vez más, la conclusión de los expertos antiterroristas fue unánime. Los responsables de información de la Policía Nacional y la Guardia Civil, del Centro Nacional de Inteligencia, del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, de los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas, de los Mossos y de la Ertzaintza coincidieron en que el ataque del Manchester Arena no introduce elementos nuevos que hagan elevar el nivel de alerta de 4 (riesgo alto) a 5, (riesgo muy alto de atentado), lo que implicaría la movilización del Ejército. El ataque del lunes no cambia nada en la seguridad en España -apuntó Zoido- porque «no hay constancia» de que el suicida (el libio-británico Salman Abedi) o el resto de los arrestados hayan tenido relación o «contactos», siquiera indirectos, con radicales o yihadistas residentes en España.

Tras la reunión de este jueves, Zoido se comprometió a informar a todos los grupos parlamentarios del resultado, pero no cree conveniente convocar la comisión de seguimiento del pacto de Estado contra el terrorismo yihadista, al que acuden representantes de los grupos políticos, como pidió Ciudadanos.

El juez envía a la cárcel a los dos marroquíes detenidos en Madrid que estaban preparados para atentar

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha confirmado las sospechas policiales. Uno de los dos supuestos yihadistas detenidos el martes en Madrid, el marroquí de 43 años Abdesamad Ghailani Hasani, estaba preparándose para convertirse en un terrorista inghimasi, un muyahidín seguidor del Estado Islámico, listo para atentar en Europa, quizás convertido en un suicida como el que atentó en Mánchester.

Andreu envió ayer a la cárcel a Ghailani y a su supuesto compañero de célula, el también marroquí Zouhair Terrach, de 22 años. A Ghailani lo acusa de integración en organización terrorista, adoctrinamiento y adiestramiento para la comisión de delitos de terrorismo y enaltecimiento del terrorismo. A Terrach, que se encontraba en un grado de menor adiestramiento, le imputa solo un delito de adoctrinamiento terrorista. Aunque a la policía también le alertó de que estaba tratando de sacarse el permiso para conducir camiones. Al declarar, aseguró que le «hacía ilusión» conducirlos.

El magistrado explica en su auto que Ghailani seguía unos «cien focos virtuales especializados en terrorismo yihadista», muchos de los cuales ofrecen instrucciones para que radicales residentes en países occidentales den el paso y se convirtieran en mártires siguiendo la estela de «las últimas acciones llevadas a cabo en el Reino Unido, Francia o Alemania». Especialmente preocupante, relata el juez, es el hecho de que Abdesamad Ghailani fuera un asiduo de páginas de Internet con tutoriales para atentar. «En dichas páginas se explicaba paso a paso cuáles eran los materiales y procedimientos que debían seguirse para fabricar artefactos explosivos a partir de materiales usualmente localizables en establecimientos de acceso común al público», subraya el instructor.

Andreu destaca que este supuesto yihadista ya había consultado varios vídeos en los que el Estado Islámico explica cómo fabricar explosivos a partir de un conocido abono que se puede encontrar en cualquier vivero o establecimiento de jardinería.