El Gobierno busca que los casos de corrupción no enturbien las negociaciones sobre los Presupuestos

N. Vega MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Javier Lizón | EFE

Restan doce días para que los Presupuestos Generales del Estado superen su primer examen parlamentario

22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Restan doce días para que los Presupuestos Generales del Estado superen su primer examen parlamentario y el Ejecutivo trata de poner las negociaciones a salvo del nuevo escándalo de supuesta corrupción que salpica al PP. La detención del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y la citación como testigo de Mariano Rajoy en el juicio por Gürtel han contribuido a poner en pie de guerra esta semana a la oposición. Pero en La Moncloa insisten en disociar lo uno de lo otro. «La responsabilidad del Gobierno es buscar aliados y esperamos la responsabilidad de los grupos políticos para poner énfasis en lo que importa en estos momentos, la aprobación de las cuentas», confió ayer Íñigo Méndez de Vigo.

Pese a que públicamente el Ejecutivo se cuida de trasladar una especial inquietud, el optimismo del Ejecutivo de Rajoy atraviesa horas bajas. Fuentes gubernamentales confesaron ayer no tener «ninguna certeza» de que las cifras de Cristóbal Montoro vayan a lograr ser aprobadas. Aun así, admiten que ninguno de los socios, reales o potenciales del PP, ha manifestado su preocupación en las últimas horas. De momento, la «vergüenza» que asegura sentir Albert Rivera por que cada día surjan nuevos imputados, no impide a Ciudadanos respaldar las cuentas. «Sería injusto condicionar los derechos de los ciudadanos a la corrupción del partido que gobierna», manifestó ayer el líder naranja. Y del mismo modo, aunque el PNV cree que «se complica la negociación», su portavoz en el Parlamento vasco, Joseba Egibar, no da los contactos por concluidos. «La inhabilitación política, desde luego, no existe», puntualizó.

En este contexto, el Gobierno se aferra a la necesidad económica -hasta ahora, relativa- de sacar adelante las cuentas y a la inconveniencia de poner en riesgo la legislatura. A cambio, intenta ofrecer a sus aliados la imagen de un Ejecutivo comprometido contra la corrupción y un PP que, «cuando hay indicios», actúa de «forma contundente» ante la Fiscalía. A ese PP se dirigió ayer Rajoy en el congreso de Nuevas Generaciones en Sevilla para pedir a los suyos «unidad» en una semana convulsa y recordar el sometimiento de «todos» a los tribunales, «tomen las decisiones que tomen». Una advertencia llamativa días después de que el partido mostrara su desacuerdo con la citación del presidente para que testifique por Gürtel.