Los secesionistas intentan dar imagen de unidad pese a su creciente división

C. Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

MARTA PÉREZ | EFE

Oriol Junqueras abrió el martes un nuevo frente al recuperar del baúl del olvido la declaración unilateral de independencia

20 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El independentismo se ha especializado en encadenar incendios. Cuando parecía que remitía el episodio del espionaje al número tres del PDECat que enfrentó a los dos socios en el Gobierno catalán y en Junts pel Sí, Oriol Junqueras abrió el martes un nuevo frente al recuperar del baúl del olvido la declaración unilateral de independencia a la que hasta la CUP renunció en la noche electoral del 27S, pues admitió que las fuerzas secesionistas no superaban el 50 % de los votos. El PDECat evitó ayer sumarse a la propuesta rupturista del republicano, lanzó un aviso al vicepresidente de la Generalitat y le pidió que se concentre en la consulta, el objetivo que la Generalitat tiene entre ceja y ceja para septiembre.

El jefe de filas convergente en el Congreso, Carles Campuzano, también disparó contra Junqueras, a quien recordó que es él quien «especialmente» tiene el encargo de impulsar la consulta desde la Vicepresidencia. Una buena pulla con la que los demócratas se hacían eco del runrún que persigue a Junqueras de que se está desentendiendo del proceso y solo piensa en las próximas elecciones, de las que todo apunta a que saldrá como presidente de la Generalitat.

A pesar de la pugna, aún existen ámbitos para intentar aparentar una cohesión inexistente en el independentismo. Así, Puigdemont y Junqueras preparan un gesto de unidad para mañana, en el que se espera que el Gobierno catalán en pleno estampe por escrito su compromiso con el referendo. Además, el soberanismo en bloque (Gobierno y grupo parlamentario, así como exdirigentes) arropó ayer en un acto institucional a la presidenta de la Cámara catalana, Carme Forcadell, imputada en dos causas en el Tribunal Superior de Cataluña por desobediencia.

Mientras persiste el tira y afloja, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, fue muy crítico con el vicepresidente catalán. «Yo no veo al señor Junqueras haciendo declaraciones unilaterales de independencia, es un poco ridículo», afirmó en Barcelona. En el PP, fueron más allá y el diputado Alejandro Fernández advirtió de que «una proclamación unilateral de secesión no es ni democracia ni es la revolución de las sonrisas: es un golpe de Estado». Para los populares, la radicalización de Junqueras solo se explica por la «división» que hay entre los independentistas.