Un golpe judicial que puede ser definitivo

e. c. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Marcial Guillén | efe

El objetivo de Rajoy es salvar al Gobierno murciano antes que a su presidente. Si tiene que caer, que caiga

04 abr 2017 . Actualizado a las 07:35 h.

Mariano Rajoy sigue respaldando oficialmente a Pedro Antonio Sánchez. Por ahora. Al igual que en otros casos de presunta corrupción que han afectado a PP, la primera reacción es la defensa numantina del investigado, hacer valer la presunción de inocencia. Pero el paso que dio este lunes el juez Velasco puede ser el golpe definitivo que precipite la caída del presidente murciano, por el grado de detalle que aporta sobre el uso de dinero público por parte del presidente murciano para limpiar su imagen. Por si el caso Auditorio no fuera suficiente, su implicación en la operación Púnica le coloca en una situación prácticamente sin salida.

El PP mantiene el tipo como puede. De puertas afuera, apoyo condicionado a su futuro judicial. De puertas adentro, reconocimiento de que la petición de Velasco al TSJM complica mucho la continuidad de Sánchez. Y ya se empiezan a oír voces internas que le consideran un lastre y son partidarias de que dé un paso atrás y dimita. La posición de Rajoy, que no habló de esta cuestión durante la reunión de la cúpula popular, se pueden resumir así: salvar el Gobierno de Murcia antes que a su presidente. Si tiene que caer, que caiga. La razón es clara: El PP no puede permitirse perder una de las cinco comunidades autónomas donde aún gobierna. El problema es que Sánchez no se quiere ir y está dispuesto a resistir. Un escenario que, por otra parte, se ha repetido en otros casos similares en los últimos tiempos.

Políticamente, la decisión judicial de Velasco aumenta la presión sobre Ciudadanos para que apoye la moción de censura de los socialistas. Mantener en el poder a un presidente sobre el que pesan graves acusaciones de corrupción supone un alto coste político que habrá que ver si Ciudadanos está dispuesto a pagar. La formación naranja no quiere compartir ninguna decisión con Podemos pero al mismo tiempo exige la dimisión de Sánchez. Solo admite, de momento, que votaría la moción si fuera para la formación de un Gobierno técnico del PSOE para convocar elecciones en el plazo de seis meses.