Cae una red que dirigía gran parte del paso ilegal de inmigrantes por el Estrecho

Efe MADRID

ESPAÑA

Han sido detenidas diez personas. Los jefes de la trama explotaban sexualmente a las víctimas, a las que esclavizaban

14 feb 2017 . Actualizado a las 11:57 h.

La Policía ha desarticulado, en colaboración con las autoridades marroquíes, una organización nigeriana que controlaba gran parte del tráfico ilegal de inmigrantes a través del Estrecho desde 2008, y cuyos jefes explotaban sexualmente a las víctimas, a las que esclavizaban.

Según ha informado hoy la Dirección General de la Policía, la operación se ha saldado con diez arrestados: siete en España en una primera fase, de miembros de una organización nigeriana especializada en la explotación sexual de mujeres en Levante.

En una segunda fase fueron arrestados tres ciudadanos nigerianos, asentados en Marruecos, que proveían de mujeres a los primeros y que, según se comprobó después, son los máximos responsables de muchas de las operaciones de tráfico ilegal de inmigrantes a través del Estrecho de Gibraltar de los últimos años.

La operación comenzó en agosto de 2015, cuando la Policía localizó a una víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Era nigeriana, tenía solo 16 años y se alojaba en un centro de menores de Ceuta.

Las pesquisas llevaron hasta una organización criminal de origen nigeriano especializada en la explotación sexual de mujeres de su misma nacionalidad, fuertemente asentada en la localidad alicantina de Torrevieja.

En abril de 2016 se detuvo a siete personas de origen nigeriano, de las que cuatro están actualmente en prisión provisional sin fianza.

Los detenidos estaban integrados en dos grupos liderados por dos mujeres de las que la Policía tiene constancia de que habrían traficado al menos con 39 mujeres a las que después habrían explotado sexualmente.

Las tratantes sometían a las víctimas que se resistían a «durísimas condiciones de supervivencia», alimentándolas exclusivamente a base de pan y llegando incluso a exigirles los comprobantes de compra del supermercado para asegurarse así de que no compraban ningún otro alimento, según la Policía.

En cuanto al trabajo, eran obligadas a prostituirse todos los días de la semana durante más de doce horas, y debían traer a su vuelta la cantidad de dinero estipulada por sus captores. Si no eran «duramente castigadas».

Esto, unido a la gran competencia que tenían, pues el número de mujeres nigerianas obligadas a ejercer la prostitución en Torrevieja era muy elevado, hacía que se vieran obligadas a ofrecer servicios sexuales a precios muy bajos, incluso por cinco euros, ha precisado la Policía.

Además vivían hacinadas y en pésimas condiciones de higiene y eran sometidas a un rígido sistema de multas que las imponían por cualquier causa y que incrementaba la deuda contraída con la organización hasta convertirla en impagable.

Tenían tanto miedo que no veían otra opción que seguir haciendo lo que les ordenaban, según explicaron a la Policía.

En una segunda fase de la operación la Policía localizó a los responsables de la organización, afincados en Nigeria y en Marruecos, quienes actuaban en las fases del delito previas a la explotación sexual de las mujeres.

Así, participaban en la captación de mujeres y en la realización de rituales de vudú a las mismas antes de salir de Nigeria, en su desplazamiento por tierra hasta el norte de Marruecos, en su alojamiento en ese país y en su entrada en España bien atravesando el Estrecho de Gibraltar en pequeñas embarcaciones o bien ocultas en el interior de vehículos.

Los tres individuos localizados eran de origen nigeriano y uno de ellos operaba a caballo entre las ciudades de Rabat y Tánger, siendo considerado por las autoridades españolas y marroquíes como un histórico traficante de personas.

Era también el máximo responsable, al menos desde 2008, de gran parte de las operaciones por las que numerosos inmigrantes alcanzaban la costa española tras cruzar el Estrecho en pateras.

Este hombre era una de las personas con más influencia entre la comunidad nigeriana de Marruecos, y sus paisanos se ponían de pie cuando llegaba a la iglesia o a cualquier lugar público.