Ciudadanos entierra la socialdemocracia y abraza el liberalismo progresista

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID/LA VOZ

ESPAÑA

Atlas

El presidente de Ciudadanos ha insistido en que este cambio ideológico no es ni mucho menos una «refundación» del partido

05 feb 2017 . Actualizado a las 00:35 h.

Ciudadanos ha enterrado de forma definitiva la socialdemocracia de su ideario político. La asamblea general ratificó ayer el viraje ideológico promovido por Albert Rivera y su equipo. A partir de ahora se define como «liberal, progresista, demócrata y constitucionalista» y elimina el «socialismo democrático» como fuente de referencia. Las enmiendas que pretendían mantenerla fueron derrotadas, aunque la presentada por militantes históricos de Cataluña, que defendió el diputado autonómico Sergio Sanz y estaba apoyada por Jordi Cañas, obtuvo el 25,6 % de respaldo (50 votos a favor, 142 en contra y 3 abstenciones). El portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, fue el encargado de defender la propuesta de la dirección.

«Hay gente que quiere que el partido no se defina como progresista, y yo creo que tiene que ser progresista; y luego hay gente que quiere que seamos socialistas, que seamos como el PSOE, y yo creo que el centro político español no es socialista ni conservador es de centro y liberal progresista», aseguró Rivera antes del debate. «Voy a defender que el partido se defina como progresista, para ganar a los conservadores, pero también que seamos un partido menos intervencionista que el PSOE», explicó. «El partido tiene que seguir en el centro, no puede irse ni a la izquierda ni a la derecha», ha añadido el líder de Ciudadanos, quien aseguró que «ser progresista es más amplio que ser socialista», añadió.

Negó que se trate de una refundación de Ciudadanos, sino de una «evolución que hace a nuestro partido más fuerte todavía», con el objetivo de gobernar desde el centro en el 2019.

Unidad y primarias

Resaltó la unidad de Ciudadanos frente al PSOE y Podemos y la existencia de primarias al contrario de lo que ocurre en el PP. «Mientras los demás partidos están rotos, divididos, enfrentados e incluso faltándose al respeto, y en otros no se permiten las primarias, aquí hay primarias, hay debate, hay calma y hay unión», señaló.

El presidente de Ciudadanos controló cómodamente el congreso. Su informe de gestión fue aprobado con el voto a favor del 97 % de los compromisarios y las siete enmiendas a la totalidad que se habían planteado contra su proyecto (tres contra la ponencia de estatutos, dos contra la de valores y otras tantas contra la de estrategia) fueron rechazadas. Los tres documentos de base que se discutían en las ponencias, los de Valores, Estrategia y Estatutos fueron ratificados con el 89 %, 99,5 % y 98 % respectivamente.

En su intervención ante la asamblea reunida en el Teatro municipal de Coslada, Rivera sacó pecho de la fuerte implantación institucional del partido, de que ha sido decisivo en cinco comunidades autónomas y «en las reformas del Gobierno de España» y de ser una formación sin deudas y con superávit, lo que les garantiza no tener las manos atadas. «Lo que nos hace libres para reformar España y denunciar la corrupción es no deberle nada a nadie», afirmó el líder de Ciudadanos.

Más parecido a una convención empresarial que al congreso de un partido político

Fue un cónclave sin malas caras, de gestos amables, buen rollo, formas suaves e incluso una rapidez en los debates muy inusual en estas citas, más parecido a una convención empresarial que a un congreso de partido al uso.

Hasta Jordi Cañas, representante del sector crítico, partidario de mantener el ideario socialdemócrata, reconoció que hubo un debate «muy intenso» sobre este asunto pero de guante blanco y «muy estimulante intelectualmente». Con otras palabras, Rivera dejó claro desde el arranque de la jornada que mientras otros partidos «están peleándose y no permiten primarias, nosotros hacemos primarias, no nos peleamos y debatimos», y además hizo notar que han logrado crecer espectacularmente «sin círculos ni cuadrados; solos, unidos, juntos». Pero sí con triángulos, porque el nuevo logotipo de la formación estrenado en su asamblea incluye un triángulo naranja bajo la C y la S que definen al partido, una nueva marca para un nuevo tiempo que los compromisarios se podían llevar en una chapita de obsequio incluida en la bolsa que cada uno recibía a su llegada.

Un contenido muy austero, ejemplo quizá de la gestión que ha llevado a Ciudadanos a ser el único partido sin deudas de toda España, y además con 3,1 millones de superávit, algo de lo que Rivera presumió reiteradamente en la asamblea ciudadana. Junto a la chapa con el logo, el programa del congreso y los textos de las ponencias, se les entregó una encuesta para una investigación universitaria donde se les pregunta cómo de izquierdas o derechas se sienten, las razones por las que están en política, o si los homosexuales deberían poder adoptar.