Un escenario de tres candidatos con respaldos muy diferentes

e. c. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Díaz cuenta con el apoyo de los pesos pesados: los barones que gobiernan, Felipe González, Zapatero y la gestora

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El escenario de unas primarias con tres competidores está solo a falta de que Susana Díaz anuncie su candidatura. Es cuestión de tiempo. Si la estrategia de Patxi López fue golpear primero para tratar de cortar las alas a Sánchez, la de este ha sido no demorar más su anuncio para evitar fugas de la militancia hacia el exlendakari. La andaluza, fiel a su hoja de ruta, prefiere esperar y ver cómo sus dos rivales se desgastan en una carrera de fondo para la que restan aún cuatro meses. ¿Con qué fuerzas parten los tres? La presidenta andaluza cuenta con el apoyo de los pesos pesados del partido, los barones que gobiernan (excepto la balear Francina Armengol), los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero y la gestora que dirige el partido. Es decir, el poder institucional, el aparato y las figuras históricas. Además, dirige la poderosa federación andaluza, la que más militantes tiene, 45.000 de los 190.000 del PSOE. Hay que recordar que Sánchez ganó las anteriores primarias gracias al apoyo de Díaz, lo que le permitió obtener el 61 % de los votos en Andalucía. Uno de los principales activos de Díaz es haber ganado las elecciones en su comunidad en una época de retroceso socialista.

Disputa por el voto de crítico

Sánchez se presenta como el candidato de la militancia con la bandera del no es no, que ha calado en las bases. No le apoya ya ningún barón ni ningún dirigente relevante, y hasta algunos de sus más fieles le han abandonado. Con el aparato y las baronías en contra, su reto es muy difícil, pero en el PSOE el voto contra el poder establecido ha sido la norma en las primarias. «Haremos posible el auténtico cambio, el que viene de abajo hacia arriba», dijo ayer.

Patxi López cuenta con atraerse a los críticos con la gestora que fueron sanchistas, pero el paso adelante del exsecretario general complica sus planes. Ha logrado el respaldo de los barones que se aliaron con Sánchez y de algunos de los que compusieron su equipo y goza de un amplio reconocimiento en el partido, donde no tiene apenas enemigos, no como sus rivales. Pero su mensaje no posee la fuerza del no es no entre la militancia, porque él acató la orden del comité federal y se abstuvo, y tampoco tiene detrás al aparato que respalda de Díaz. A su favor juega que es el mejor situado para recomponer el partido por su talante conciliador.